No puedo dejar de pensar en lo que pudo haberle hecho Pitch a Elsa. Todo lo que le suceda será mi culpa.
Las lágrimas caen por mi barbilla hacia el suelo del gran castillo.
Si no fuese por su miedo, construiría cosas tan hermosas como esta. Ella tiene un gran poder, pero es tan insegura que cree todo lo que le digan.
Intento calmarme, pero es imposible, la culpa me está matando, no puedo controlar las lágrimas.
Un ruido hace que levante la cabeza, frente a mi están los guardianes y Anna.
-¿Qué hacen aquí? – digo levantándome avergonzado de que me vean así.
- Anna nos ha contado todo, y pensamos que podías necesitar ayuda.- dice Norte.
- Es tarde, se la ha llevado. – digo rompiéndome de nuevo.
Meme me abraza, y puedo ver que él también ha estado llorando. Anna lo aparta de mí, y sin previo aviso me da una cachetada.
-¿Y eso por qué? .- digo tocándome la mejilla.
-Para que reacciones, Frost. Me prometiste que la salvarías, sé que son muchas emociones las que tienes en este momento pero Elsa te necesita. – dice Anna cruzando sus brazos.
- Ustedes no la vieron. Era otra persona, Pitch la debe haber hechizado.
- ¿Te hizo daño? – pregunta Hada.
- No, Pitch se lo ordeno pero no pudo.- digo intentando no recordar su mirada.
- Eso es bueno, significa que aún no ha tomado control de su corazón.- dice Norte.
Una luz de esperanza ilumina el entorno. Creo que todos se dan cuenta de mi motivación ya que puedo ver sonrisas en sus rostros.
-Debo encontrarla, no puedo perderla.
-Cuenta con nosotros, Jack.- dice Conejo poniendo su pata en mi hombro mostrando su apoyo.
-Debemos separarnos, para así cubrir más territorio.- dice Anna, suavizando su expresión de preocupación.
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Un segundo estoy viendo la cara de horror de Jack y en otro estoy encerrada en una especie de cárcel llorando por la golpiza que me ha dado Pitch.Mi cara arde, nunca me habían pegado, y espero que nunca más lo vuelvan a hacer.
Intento tranquilizarme pensando en algún buen momento.
Mis padres son los primeros en llegar a mi mente.
Al día siguiente del accidente de Anna, mi padre fue a verme a la Torre, ya que pase toda la noche allí, intentó acariciarme la cabeza pero yo no lo deje, día tras día me visitaba con la esperanza de que controlará mis poderes pero se rindió al ver que su paciencia no rendía frutos, el último día que estuvo conmigo me dijo cuanto me quería y me regaló los guantes que llevó hasta el día de hoy.
Mi madre, oh mi amada madre, cada noche iba hasta la Torre a leerme un libro para que me quedará dormida y alejar las pesadillas, la mayoría de las veces funcionaba, estuvo conmigo en mis crisis.Hasta que Jack no volvió, y la aleje, siempre me culpe por lo de Jack y temía que algún día hiciera algo que decepcionara a mi madre, por lo que decidí alejarla antes.
Siento un nudo en el estómago, me acerco hasta una cubeta que tengo a mi lado y comienzo a vomitar, lo poco que queda en mi cuerpo del día de ayer.
Mis ojos vuelven a cristalizarse, esto me pasa por ser tan idiota. Pude ver en la mirada de Jack que él decía la verdad, él sólo estaba consolando a mi hermana. Y aquí estoy yo, con la oscuridad pasando por mis venas y un corazón roto.
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No eres un monstruo (Jelsa) -en edición-
Hayran KurguElla vive encerrada en una torre, temiendo la fuerza de lo que llama "la maldición"; hace años sueña con un chico de extraña apariencia a quien no conoce. O eso es lo que piensa. Él teme a la invisibilidad, y se odia a si mismo por haber abandonado...