Capítulo 1.

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Aquellos recuerdos que se apoderan de tu mente, y te hacen sonreir aun cuando menos te lo esperas. Sonrisas desvanecidas en un buen día de verano.

*****

Soy Lizly, sí, soy americana con 18 años de edad. Tengo una hermana llamada Lizy no Lizly. Dejé a mis padres en Nueva York y me vine a vivir a LA con mi querida y hermosa hermana. Yo vine aquí por mis estudios y ella simplemente no me dejó irme sola, así que decidió venir conmigo. Se echó un novio y vivíamos con él, en el mismo apartamento. Yo seguía con mis estudios y ella trabajaba en una oficina de una empresa. Supongo que era famosa ya que al día de su paga, cobraba bastante bien. Creo que nos estábamos volviendo ricos gracias a ella. Su novio se llamaba Dani. También estudiaba y hacía un trabajo de medio tiempo. Tenía 21 años.

*****

( Pasados unos meses )

Mi hermana empezó a llegar muy tarde del trabajo, llevaba así unos días. Empecé a preocuparme pensando que igual el jefe la hacía trabajar muy duro ya que ella era muy guapa y también muy sexy.

Al llegar el verano mi hermana seguía esta vez llegando aún más tarde de lo habitual. Era mi hermana mayor y se suponía que ya había sentado cabeza con la edad que tenía (20 años), así que no pensé cosas como que le estaba poniendo los cuernos a Dani o algo por el estilo, simplemente confiaba plenamente en ella.

Hasta que un día aquella confianza, respeto y admiración que tenía sobre ella, se desvanecieron como una gota en el desierto o los rayos del sol radiantes en un día nublado.

Todo comenzó en un día cualquiera de verano. Aquel día hacía un clima caluroso con una pequeña brisa que movía mi melena de un lado a otro.

Llegada la noche mi hermana se disponía a ir al trabajo, Dani también salió de casa y yo me encontraba en el apartamento sola como de costumbre, y sentada en el sofá viendo un programa de televisión e inchándome a comer comida basura, como lo dirían los españoles.

Cuando de repente ya a una hora bastante tarde de la noche. Oí que alguien entraba a la casa sin haber tocado el timbre y se dirigía a mi habitación. Asustada y como en las películas, fui corriendo a la cocina a por un cuchillo.

Después, ya cuidadosamente y silenciosamente me disponía a ir a mi habitanción. Cuando abrí la puerta con cuidado, vi a un chico cogiendo mi maleta y poniendo toda mi ropa en ella.

Al encender la luz, el chico se volteó. Le vi la cara y de lo sorprendida que estaba dejé caer el cuchillo al suelo. Era Dani quien estaba en mi habitación. Parecía muy triste, cabreado y dolido por dentro. Al preguntarle lo que hacía en mi habitación y con mi maleta. Me respondió algo que ni me lo había imaginado.

-Quiero que te vayes de esta casa tú y tu hermanita ahora mismo. Si quieres saber el motivo, toma, ve a este lugar y allí lo sabrás todo.

Cogí aquel trozo de papel en el que había inscrito una dirección, y me fui sin rechistar. Pasados unos minutos de largo camino y preocupación. Llegué al lugar indicado.

Nunca antes había estado aquí por lo que estaba claro que no sabía qué clase de lugar era este. Pagué para poder pasar al lugar.

Al parecer, había mucha gente, todos eran hombres. La música estaba elevada y había un pequeño escenario con un palo en medio. Como no sabía qué era eso, no me importó en absoluto, ni me interesé en saberlo. Eso sí, habían unas cuantas mujeres ligando con unos cuantos hombres, ellas no llevaban mucha ropa puesta, "ni que estuviéramos en la playa".

Intenté buscar a mi hermana y hasta estuve preguntando a gente por si la conocían o por si supieran dónde la podría encontrar, pero nadie me dijo nada. Me cansé tanto de estar de pie, así que decidí descansar sentándome en un pequeño sofá, donde a mi lado había un negro -perdonarme por la expresión-, pensé que Dani se había equivocado en la dirección. Así que me levanté y me dispuse a salir de aquel lugar tan raro y del cual no me estaba gustando. Al momento, empezó la gente a gritar:

Sonrisas FalsasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora