Capítulo 18.

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Cuando ves a una persona- por más que la conozcas o no- llorar, te apenas al verla en aquella situación. Te vuelves más débil al ver cómo cada lágrima desciende de los ojos de aquella persona. ¿Acaso, la fuerza se mide a través de los puños? Yo pienso que sí. El poder es lo que manda en este mundo, el silencio es una debilidad.

*****
Al ver a Jessy en aquella situación, corrí tras ella a toda prisa impidiendo que cerrara la puerta de "nuestra" habitación.

-¿Qué te pasa?- pregunté confundida.

-No lo sé, simplemente no pensaba que fueras a traicionarme de esta manera. Pensé que te vengarías de él, no que volverías a estar con él.

-¿Vengarme? ¿Por qué iba a vengarme de él?.

-¿No te lo contó Tasya?

-¿Qué debería de contarme?- aparte de lo del club de striptease.

-Que mamá murió por culpa de Franklin.

-Espera, ¿¡tu madre murió por culpa de Franklin!?- abrí los ojos como platos.

-Sí. No sé exactamente que fue lo que pasó. Me dijo papá que era por una deuda que tenía Franklin que se negaba a pagar. Entonces, asesinaron a mamá.

Las lágrimas descendieron de mis ojos sin enterarme siquiera. Hasta que la hermana de Franklin me entregó un pañuelo.- Yo iba a suicidarme por una tontería, y ella en cambio, su madre había sido asesinada como Dani por culpa de Franklin y aún así seguía sonriendo. Estaba claro que lo que sufría la familia de Franklin era más doloroso que lo mío. Yo nunca me imaginé perder a mi madre o a mi padre, pero uno no sabe lo que le espera en esta vida.

-Y tu padre, ¿dónde está?- pregunté aún con lágrimas en mis ojos.

-Se fue porque sencillamente no soportaba ver la cara de Franklin. Así de simple.

En ese instante la abracé y me devolvió el abrazo de forma cariñosa- Aunque a la única que parecía afectarle este asunto era a mí- La cogí y la tumbé a mi lado mientras le acariciaba su cabello, hasta que conseguimos quedarnos dormidas.

*****
-¡Lizly! ¡Lizly! ¡Lizly! ¡Lizly!

-¿Mamá? ¿A dónde vas?

-JajajaJajajajajajajaja

-¿Por qué ríes? ¿Por qué ríes? ¿Por qué ríes? ¿Mamá? ¿Mamá? No te vayas, no te vayas y me dejes sola otra vez. No quiero estar sola. ¿Por qué está oscuro? ¡Mamá!- me levanté de un salto.

-¿Lizly, estás bien? ¿Por qué lloras?- me preguntó Franklin asustado.

-¿Eh?- al tocarme la mejilla, sentí que estaba húmeda. ¿Realmente había estado llorando?

Mi respiración era entrecortada, mi cuerpo estaba sudado, mis ojos estaban en blanco ¿Qué debía pensar? ¿Qué era lo que me acaba de pasar? Franklin me abrazó fuertemente al notar que no dejaba de temblar.

-¡Apártate! ¡No me toques!- lo dije tan fuerte que parecía como si estuviera pidiendo ayuda.

-¿Lizly, qué te pasa? ¿Estás bien?

-¡Te he dicho que NO me toques!- golpeé su mano al ver que se acercaba a mi cuerpo, impidiendo que me tocara.

Al escucharme gritar, la tía y la hermana de Franklin vinieron corriendo al salón para ver qué estaba ocurriendo a tales horas de la madrugada.

Me di cuenta de que me había quedado dormida en el sofá del salón toda la noche. Pero... se supone que me había quedado dormida con Jessy en su habitación, no en el salón.

Sonrisas FalsasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora