Capítulo 32.

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Siempre he pensado que
si se me otorgara la oportunidad de volver a nacer y me dieran a escoger la vida que yo misma quisiera, tal vez hubiera elegido: nunca haber venido a este mundo. Pero si me obligaran a elegir una vida, creo que no la cambiaría por nada en el mundo. ¿Por qué? No lo sé. A lo mejor, porque no hay nada que me motive a vivir con la pasión que en algún tiempo determinado desapareció o tal vez porque la vida de cualquier persona no tiene un 100% de felicidad, ni siquiera un 99.99%. Si la vida se midiera en proporciones, un 40% sería felicidad y un 60% sería sufrimiento. Pero, en verdad, esto es algo muy curioso: las personas tenemos un sistema de "Quedarnos solo con lo que nos conviene". Y bien, ¿esto qué quiere decir? Que cuando pasa un tiempo y decides recordar tu pasado, inconscientemente te acordarás solo de lo bueno. En cambio, el dolor y el sufrimiento que sentiste, decides olvidarlo decidiendo dar un paso hacia adelante y no hacia atrás.

Narra Lizly

Me levanté sin energías del suelo, al escuchar sonar el timbre de la casa. Abrí la puerta encontrándome con el cartero y miré a tía Ashley desconcertada.

Cartero: -Perdonadme por estas horas de la tarde, pero busco a la señorita Lizly Grace- aclaró.

Lizly: -Sí. Soy yo.

Cartero: -De acuerdo. Tengo que entregarle un paquete y por favor, firme aquí- dijo entregándome una hoja.

Firmé frunciendo el ceño y el cartero me entregó rápidamente el paquete. Me despedí de él y entré cerrando la puerta tras de mí.

T.Ashley: -¿Qué es eso?- preguntó intrigada.

Lizly: -No lo sé- dije mirando el paquete.

T.Ashley: -¿No será una bomba?- la miré asustada -En estos días, uno se puede esperar cualquier cosa- dijo elevando ambos hombros.

Lizly: -Entonces, ¿qué hago?- dije nerviosa, a la vez que miraba el paquete.

T.Ashley: -Ábrelo. Como mucho quedaremos sin una pierna- dijo conteniendo la risa.

Lizly: -Tía Ashely- dije haciendo un puchero -Hablo en serio.

En ese momento, me hizo un ademán de abrirlo y con mi corazón bobeando a mil por hora, tragué fuerte. Lo desempaqueté cerrando los ojos con fuerza y al abrirlos, escuché maldecir a la tía de Franklin con el ceño fruncido. Bajé mi mirada hasta el paquete y al momento de ver el contenido, mi boca formó una enorme O.

T.Ashley: -¿Qué broma de mal gusto es esta?- preguntó irritada -¿Cómo puede ser que te envíen un paquete vacío?- resopló sin todavía poder creerlo.

Al instante, recordé la nota del bar:
"No juegues a ser otra persona, Lizly"

Lizly: -Tal vez...

T.Ashley: -Tal vez, ¿qué?- dijo sorprendiéndome.

Lizly: -Tal vez sea una broma- finalicé -Voy a tirarlo.

La tía Ashley asintió con la cabeza y se dirigió al salón sin darle importancia al asunto. Yo, mientras tanto, caminaba en dirección a la cocina y salía de la casa por la puerta trasera de ésta. Me senté en el césped, aun estando un poco mojado, con compañía de Chop quien se encontraba tendido al sol.

-Veamos a ver- dije rebuscando en el paquete. Tras varios minutos, encontré cómo varias hojas con tinta, se encontraban pegadas a las paredes de la caja escondiéndolas de una manera inteligente y trabajada. Al notar lo bien que se encontraban escondidas, tragué fuerte sabiendo que esto no pintaba nada bien. Comencé a leer:

"Tú eres una de los nuestros"

"No tienes derecho a ser amada por terceros"

"No te permitas el lujo de disfrutar de una familia ficticia"

Sonrisas FalsasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora