—Y luego pones en duda que me gustas mucho, pero aquí me estás dando más razones para que así sea. Deberías salir conmigo — se acercó, sin perder contacto visual conmigo.
—Quiero que tomemos un tiempo para conocernos y explorarnos mejor.
—Eso se escuchó muy atrevido y rico — enarcó una ceja, mientras en sus labios se dibujó una leve sonrisa.
—No me refiero solo a eso y lo sabes. Lo que quise decir es que ahora mismo no estoy preparada para comenzar otra relación. Quisiera que vayamos despacio, que tomemos el tiempo de conocernos mejor y, si se da algo serio más adelante, pues pasó, pero solo no quiero que forcemos las cosas. Quiero decir, sí me atraes mucho y considero que eres un buen hombre, tienes muchas virtudes y, aparte de eso, ahora mismo estamos bastante entrelazados por muchas razones, pero necesito organizar mis pensamientos y emociones.
—Tranquila. Lo entiendo cabalmente. Sé bien que todo ha ocurrido muy rápido, pero no dejes que te afecte mucho. Lo importante es que, como bien dijiste, nos tendremos el uno al otro — acarició mi mejilla, llevando mi cabello por detrás de mí oreja—. Por ti esperaría el tiempo que sea necesario.
Verdaderamente pensé que le estaría mal, pero ese no pareció ser el caso. Me tranquiliza que al menos podemos mantener una buena comunicación. Ahora más que nunca debemos estar unidos.
Con el paso de los días, seguí quedándome con él en su casa. No me gusta la idea de ser una carga. Mis ahorros los he ido gastando poco a poco en artículos personales. He salido a buscar varias veces trabajo, pero mi problema es el idioma, pues aún no lo domino muy bien y en la mayoría de los lugares exigen ser bilingües. Me arrepiento tanto de haber dejado mi país. Allá me iba mejor; tenía amistades, un buen trabajo y a mi familia. Ahora solo estoy de arrimada en la casa de Dereck. Sé que no le molesta en lo absoluto, también me consta que debemos estar juntos, es solo que me gustaría hacer algo por él, pagarle de alguna manera por todo lo que ha hecho por mí, como también aportar algo con los gastos.
Nuestros síntomas se han reducido, hemos asumido que hay una probabilidad muy alta de que el contacto de nuestros cuerpos tenga algo que ver. A pesar de vernos en la obligación de ingerir sangre diariamente, no hemos sufrido ningún episodio donde perdamos por completo el control. La temperatura de la habitación en las noches se vuelve muy cálida y cómoda. Estar entre las sábanas y en sus brazos es agradable. Hemos estado teniendo intimidad todos los días sin falta. Dereck es muy intenso y apasionado. Hacer el amor con él se ha vuelto una adicción. A veces quisiera estar encima de él todo el día, pero no sé si se trate de lo que nos está pasando solamente, o es solo que me he ido acostumbrando a sentirme deseada, llena y complacida. Me hace sentir tan bien que no puedo verme al lado de alguien más, ni siquiera Aníbal se cruza por mi cabeza en esos momentos.
Dereck salió hace poco a la casa de su mamá porque al aparecer ella lo llamó. Me invitó a ir, pero me negué rotundamente. No quisiera toparme ni con Aníbal, ni mucho con su mamá. Sé que ella no tiene la culpa de lo que me hizo su hijo, pero me sentiría muy incómoda teniendo que enfrentarla, sabiendo que estoy viviendo con su otro hijo.
Mientras estaba a solas en la habitación, percibí un olor extraño en toda la casa; era un olor bastante inusual. Cuando me disponía a averiguar de dónde provenía ese olor, escuché el timbre de la puerta. Me fue muy extraño, pues durante el tiempo que he estado viviendo aquí, nadie ha venido. No creo que se trate de Dereck. Abrí la puerta lentamente, encontrándome cara a cara con Aníbal. Quedé petrificada al verlo después de tantos días. Lucía muy distinto; sus ojeras delataban que no ha estado descansando bien. Podría jurar que incluso se ve más delgado y demacrado.
—Imaginé que aquí estarías.
—¿Qué haces aquí, Aníbal? Si has venido a discutir, desde ya te lo advierto, no estoy dispuesta a ponerme de pico a pico contigo.
—No vine a discutir. Sola quisiera que habláramos. No me sigas evitando, ¿sí? — trató de sujetarme la mano, pero la alejé.
—No te atrevas a tocarme o no respondo — llevé mi mano a la nariz por ese olor tan desagradable que había en el aire.
—Admito que me equivoqué, me dejé llevar por la rabia y los celos, pero entiéndeme, Zaira. Ponte un momento en mi lugar. Estoy dispuesto a perdonarte que te hayas encamado con mi hermano, pero regresa conmigo, por favor. Yo te necesito.
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Promesa mortal I •Tetralogía mortal• [✓]
RomanceZaira es una mujer fuerte y decidida que lleva una vida normal junto a Aníbal, su pareja. La normalidad de su vida es interrumpida cuando de repente comienza a experimentar emociones que nunca había sentido hacia Dereck, su cuñado. Dereck es un ser...