Bakugo apoyó su antebrazo por encima de su cabeza contra el frío cristal y miró las luces que su compañero también observaba. Hoy la ciudad era un caos por las explosiones misteriosas que se habían producido en varios lugares. Si hubiera estado con la brigada de élite, Bakugo se encontraría hoy en la calle.
— Me enamoré del chico incorrecto – susurró con total sinceridad Bakugo, dejando atónito a Izuku.
La inocente sonrisa de Izuku cuando éste desvió sus ojos hacia él le hicieron sentir cierta comodidad a Bakugo. Pensó que al decir algo semejante, Izuku se reiría de él o incluso le daría la razón, pero su mejor amigo nunca era así. Él era de los que trataba de apoyar en cualquier situación. Tenía un corazón bondadoso.
— No creo que sea el chico incorrecto – susurró – es decir, es un buen chico. Sólo hay que verle, Bakugo. Protege a su hija, la adora, está preocupado por su familia... siente algo por ti, intenta protegerte a su manera de su familia, al menos no ha dicho nada de que os conocisteis o la relación que mantuvisteis y eso es, sin duda, porque no quiere que te ocurra nada malo. Tiene buen corazón y es atractivo, así que entiendo el motivo por el que te enamoraste de él. No es un chico incorrecto, pero sí lo son las circunstancias y su familia. Si él no hubiera pertenecido a la mafia, a día de hoy, todavía estaríais juntos, ¿o me equivoco? – sonrió Izuku intentando hacerle entender a su amigo que, en realidad, no era un "me enamoré", sino un presente, seguía enamorado de él.
— Supongo – se sonrojó Bakugo desviando la mirada de nuevo hacia la ventana.
— ¿Hacemos turnos? Supongo que debemos mantenerles vigilados en todo momento. Puedo empezar yo si tienes sueño.
— Yo he tenido el día libre, yo me ocupo de esta noche. Vete a descansar. Mañana va a ser un día largo.
— No discutiré eso contigo, estoy agotado. Voy por una manta y...
¿Manta? Esa palabra le hizo pensar a Bakugo que ese idiota iba a dormir allí en el salón al estar Shoto y su hija en la habitación de invitados.
— Serás idiota. No pensarás dormir aquí en el salón, ¿no?
— Pues... sí. ¿Dónde quieres que duerma?
— Vete a mi habitación. Yo no voy a dormir.
— Pero...
— Somos amigos de la infancia. No es la primera vez que duermes en mi cama, ¿o me equivoco?
— No – susurró algo sonrojado Izuku –. Vale, pues... buenas noches entonces. Si ocurre algo, avísame.
Bakugo, que había estado mirando fijamente a Izuku mientras hablaba con él, se dio cuenta al girarse gracias al reflejo cuando se giró hacia la ventana, de que sonreía. Sin duda, le había hecho gracia esa timidez habitual de su amigo. Incluso cuando de niños jugaban juntos y dormían juntos, ahora le daba vergüenza tener que tumbarse a dormir en su cama estando vacía como lo estaba. Izuku nunca cambiaría.
Pensando en eso mientras volvía a mirar las luces de la ciudad, se dio cuenta de algo todavía más importante. No sabía apenas nada de su vida en estos momentos. Desde que volvió de Afganistán y pese a haberle visitado un par de veces, no le preguntó por nada personal. Quizá hasta salía con alguien pero... él no era consciente de nada en su vida y lo estaba arrastrando de nuevo tras él en ese trabajo. Bakugo resopló. Tendría que hablar con su amigo y seriamente. No quería que alguien que le esperase en casa acabase pagando las consecuencias de todo esto, pese a que debía estar acostumbrado por el trabajo de Izuku.
Haciendo presión sobre su antebrazo apoyado en el cristal, se empujó hacia atrás para apartarse. Le tocaba vigilancia y por el rato que llevaba ahí fuera, estaba convencido de que Shoto ya debía haberse acoplado a la habitación. No le molestaría en ese instante o eso pensaba al menos.
ESTÁS LEYENDO
Yakuza (Boku no hero: Shoto-Bakugo)
FanfictionBakugo ha sido contratado como guardaespaldas de una de las familias que profesaron fidelidad absoluta a los Yakuza. Su trabajo, proteger a toda costa al hijo pequeño, el que durante el instituto, fue su novio y del que nunca conoció su origen. Arti...