Capítulo 30: La familia Monoma

654 111 6
                                    

¡Una vez más la historia se repetía! De aquella reunión no salía nada bueno, tan sólo nuevas exigencias para su futuro, o más bien, para el futuro de los negocios familiares.

Shoto se sentó en el banco de la pérgola japonesa en mitad del estanque de la mansión y observó los peces koi nadar con tranquilidad. Eran hermosos y, a la vez, eran unos seres que vivían allí atrapados, como él. En su vida nada tenía ya sentido y lo único que le hacía continuar adelante era su hija y los recuerdos de aquel amor que jamás tendría en un futuro.

— Ey, suponía que estarías aquí – susurró Dabi al llegar a la pérgola, pese a que él no quiso sentarse en el banco. En su lugar, apoyó los codos en la barandilla de madera y observó el hermoso paisaje dándole la espalda a su hermanito.

— Siempre sabes dónde encontrarme.

— Al menos cuando sé que no estás bien – susurró.

— ¿Soy un negocio provechoso? – preguntó Shoto abiertamente.

— Supongo que sí, tanto como yo.

— El chico del que te enamoraste... ¿Qué ocurrió con él? –preguntó Shoto entonces a su hermano, éste sonrió con cierta melancolía.

— Siguió con su vida – dijo sin más.

— ¿No volviste a contactar con él?

— ¿Para qué? Yo ya estaba casado, con hijos y remover el pasado no habría servido de nada. Lo localicé una única vez, comprobé que me había olvidado, él también se casó, tiene su familia, es médico... está mejor sin mí. Eso te lo aseguro.

— ¿Lo olvidaste?

— Con el tiempo... no es que le olvidase, sigo teniéndole presente pero los sentimientos que una vez tuvimos, no sé, ya no son los mismos.

— ¿Me pasará lo mismo a mí?

— No lo sé, Shoto. Ninguno parecéis querer rendiros con esto.

— Entonces, ¿tú te rendiste?

— Él se rindió – susurró Touya – hace tanto tiempo... cuando descubrió todo, yo quise luchar por lo nuestro, una locura, pero él sabía lo que ocurriría si seguíamos, así que lo dejamos. No quise ponerle en riesgo, simplemente... sí, supongo que nos rendimos. No puedo cambiar ser hijo de quien soy, Shoto, es la vida que me ha tocado vivir.

— Yo no quiero esta vida, sólo quiero estar con él.

— Lo sé. Haría cualquier cosa si pudiera hacer posible tu sueño pero... creo que no hay nada que pueda hacer y lo siento. Querría ser un mejor hermano...

— Eres un gran hermano, el mejor de todos, es papá quien hace que no pueda ser feliz, no tú.

— Esa reunión... lo siento mucho.

— ¿La reunión o mi futuro compromiso? Nunca dejaré de ser un buen negocio. Papá solo quiere control sobre el territorio de los Monoma.

— Bueno, a los Monoma también les interesa tener ciertos privilegios para pasar sus mercancías por nuestros dominios.

— Lo sé. Es un asco.

Shoto observó todavía los peces del estanque. Totalmente acorralado. Ahora su padre le obligaría a tomar esposa de nuevo y seguramente, querría afianzar eso con nueva descendencia. Todo volvía a empezar.

— No puedo más, Touya – susurró Shoto – no quiero seguir así. Necesito tomar el control de las riendas de mi vida.

— Te entiendo. Pero un matrimonio concertado como éste no siempre tiene que ser como el que tuviste.

Yakuza (Boku no hero: Shoto-Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora