Capítulo 21: Vestuarios

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Frente al televisor, Izuku jugaba a palmas con la pequeña intentando aprender cómo se hacía mientras Bakugo observaba las noticias de pie e intranquilo. Hablaban de las explosiones que se habían producido por la ciudad, pero él parecía esperar algo más de información al respecto, de esa clase de información que no obtendría de la prensa.

Pese a que Izuku mantenía su atención en la pequeña y trataba de seguir el movimiento de sus manos con una sonrisa entre inocente e incómoda al no saber muy bien cómo seguir el ritmo de la pequeña y sus gestos, sin embargo, en realidad, miraba de vez en cuando de reojo hacia la televisión y su compañero preocupado por la situación que se vivía en la ciudad.

La entrada de la madre de Bakugo por el salón hizo que Deku dejase de jugar con la pequeña y atendiese. ¡La mandaba a dormir! Allí en el rancho era normal dormir temprano puesto que se madrugaba para encargarse de los animales. Un rancho tenía demasiado trabajo por delante y ellos querían ayudar mientras estuvieran allí.

Con un pequeño puchero y el ceño fruncido, Katsumi tomó la mano de la madre de Bakugo para acompañarla a la habitación tras haber sido convencida con leerle un libro. Izuku se quedó allí, con una sonrisa en su rostro y despidiéndose con la mano de ella hasta el día siguiente. Al quedarse solos, Izuku se giró hacia su amigo.

— ¿Qué haremos? – preguntó Izuku al ver a Bakugo concentrado en las noticias.

— Por ahora permaneceremos aquí. Tengo que contactar con Endeavor pero lo haré desde una línea segura para informarle que su hijo está a salvo.

— Los disturbios pronto cesarán en la ciudad.

— Me gustaría saber qué está ocurriendo y, sobre todo, el motivo por el que están persiguiendo a Shoto y su familia.

— Quizá un ajuste de cuentas o simplemente por los territorios que controlan. Podría ser alguna banda rival, alguna otra familia de la Yakuza que busque aumentar territorio o puede que simplemente alguien a quien hayan extorsionado y busquen venganza o librarse de su control. Podrían ser sicarios – comentó Izuku – es un amplio terreno como para investigar todo ello.

Instintivamente, Bakugo miró hacia atrás, concretamente a la puerta por la que la niña se había ido y se quedó absorto en la escalera del fondo. Arriba, su madre estaría leyendo un cuento ya a la pequeña, pero también sabía que Shoto estaría encerrado en su cuarto o terminando de ducharse. Pensar en ajustes de cuentas o guerras por territorios le hacía estremecerse, porque entonces había demasiado terreno que barrer para descubrir al culpable y no concebía la idea de tener a Shoto todo el tiempo en el punto de mira de esos tipos.

***

El ruido del choque de las espadas de bambú se escuchó por todo el dojo, sin embargo, a esas horas, nadie estaba ya en el instituto. Las clases habían finalizado e incluso los que tenían extraescolares hacía al menos una hora que regresaron a sus casas, pero ellos continuaban en el dojo practicando. Su propio entrenador ya desistía con ellos al no poder convencerles de que descansasen un poco. Si les hubiera prohibido ir al dojo, habrían practicado en los jardines y por eso mismo y por sus seguridad personal, prefirió dejarle las llaves a Shoto Todoroki con la promesa de que siempre cerraría tras finalizar las prácticas. Sin duda, eran dos alumnos a los que llevaría a la competición nacional entre institutos.

Las bocanadas de aire en un intento por respirar con los cascos puestos indicó la pausa momentánea que ambos chicos hicieron antes de regresar a un nuevo ataque, uno mucho más temerario por parte de Bakugo que acabó con un ágil desplazamiento lateral de Shoto para apartarse de la trayectoria y asestarle un golpe de la espada de bambú sobre su nuca desestabilizando así a Bakugo completamente.

Yakuza (Boku no hero: Shoto-Bakugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora