Capítulo 8

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El auto está en silencio. Scott no me a hablado en el transcurso de ida a la escuela, creo que aún está molesto conmigo por lo del Sábado. Mi hermano quiso traerme a la escuela hoy, tuvo una pequeña discusión con Logan al respecto, porque al parecer el cree que yo me escape de casa para estar con algún chico, lo cual si es verdad, pero estoy segura de que el no creyó mi historia sobre salir a tomar aire a las 1 de la madrugada, Scott debe de creer que seguramente su hermana menor ya no es una niña de casa y se volvió loca con el primer chico que encontró. Agh.

-¿no piensas hablarme?-me vuelco a mirarlo pero el sigue concentrado en el camino, está muy furioso conmigo.

-ya te dije todo lo que tenía que decirte, Scott, tienes que creerme, salí a tomar aire y olvide las llaves detrás de la puerta.

-demonios Liza-dice golpeando el volante con rabia-no soy tonto, me molesta que me trates como si lo fuera.

-no lo estoy haciendo-digo tranquilamente, no quiero enojarlo más.

-lo estas haciendo al tratar de que crea tu historia, tú nunca te levantas a mitad de la noche y nunca sales a la calle sola.

-pero esta vez lo hice, tú me conoces, eres mi hermano y sabes que yo no te mentiría, mucho menos en cosas así.

Scott suspira pero no vuelca a mirarme, aún sigue furioso, pero no quiero que sepa que me escape de casa para estar con un chico, bueno, habría sido mejor si no hubiera sido Scott el que hubiera abierto la puerta por la mañana para salir a correr, de hecho... El no lo hace desde que tenía 19 años, pero esta vez estaba vestido con ropa deportiva y tenía agua en una botella, recuerdo que yo estaba sentada y apoyada sobre mis brazos ,durmiendo, cuando escuche que la puerta se abría, me sobresalte mucho al pensar que era papá, pero cuando vi a Scott me asusté aún más, mi hermano siempre a sido más estricto conmigo que papá, quizás ambos lo son en algunos casos, pero normalmente el que se molesta aún más conmigo es Scott, creo que es algo a lo que se acostumbró porque papá no pasa tanto tiempo en casa como debería.

-tú ibas a salir a correr-lo miro confundida-tú no corres por las mañanas desde hace 3 años.

El se remueve en el asiento algo incomodo pero su rostro enojado no cambia, sigue mirando adelante.

-si, decidí correr por las mañanas a partir de ahora.

Yo lo miro con los ojos entrecerrados, el me esta mintiendo, recuerdo muy bien que el dejo de correr porque le daba mucha pereza levantarse temprano, así qué que lo este haciendo ahora me parece muy extraño.

-me regañas porque no te digo la verdad pero tú tampoco lo haces-me cruzo de brazos molesta

-tengo 22 años, Liza, tú solo tienes 17, si algo te hubiera pasado allí afuera tú no podrías haberte defendido.

-¡pero no me paso nada!-gruño molesta

Se que esta mal que yo me enoje con el sin razón alguna, pero sigo molesta por todo lo que paso el Viernes, cada vez mi odio hacia Christopher crece más, porque él es el que me esta haciendo mentirle a Scott, yo nunca le miento a Scott, no de esta manera, mi hermano tiene toda la razón de enojarse conmigo, pero por alguna razón el que lo haga no me gusta, no puedo aceptar que el se enoje por algo que no fue mi culpa sino la de Christopher, pero se que si nombro a algún chico ahora yo saldré mal parada de esto, porque Scott se molestaría aún peor conmigo y quizás intente golpear a Christopher también, lo cual me agradaría mucho ahora mismo, pero no lo haré.

Scott suspira

-se que no eres una niña, Liza, se que ya tienes 17 años y sabes que está bien o está mal, pero no dejo de aferrarme a la idea de que debo de protegerte siempre, aún cuando tengas 27 voy a ser sobre protector contigo, porque me molestaría mucho conmigo mismo si algo malo te pasara.

Raro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora