Capítulo 21

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Al abrir la puerta no me sorprendió en lo absoluto ver a Christopher allí, siempre hace lo mismo después de una pelea, el siempre viene a pedirme perdón a casa porque sabe que yo no le contestare el teléfono para nada mas que escucharlo discutir conmigo de nuevo. Hago una mueca y le dejo la puerta abierta, el espera a que le diga algo pero simplemente me doy la vuelta y me dirijo a mi habitación, el ya sabe donde queda, conoce mi casa como si fuera suya, así que si quiere quedarse puede hacerlo.

Escucho como cierra la puerta detrás mío, pero no sube las escaleras para seguirme, en lugar de eso se va a la cocina, yo entro a mi habitación y cierro la puerta detrás mío, miro mi celular sobre la cama y me quedo ahí parada, simplemente viéndolo. Luego hago algo de lo que yo misma me sorprendo, tomo el aparato, lo enciendo y mientras espero a que lo haga busco en el cajón de mi mesita de noche los números de emergencia de casa, mi hermano también los tiene, la diferencia es que el los guarda en su celular pero yo no. Cuando el teléfono reacciona marco rápidamente el número de la última persona en la lista de emergencias, hace mucho la ultima era mi abuela, pero ella murió hace dos años.

-Liza, cariño.

-tía Judith-digo alegre, escucharla siempre me alegra.

-¿cómo estás, linda? Hace mucho tiempo que no te veo...¿cuanto? ¿Un año?

-uno y medio

-si-hace un ruido de desaprobación-pero ya sabes que ahora me tienes más cerca que antes, de hecho, llame a tu madre para decirle que aún estaba haciendo la mudanza ¿te lo contó?

-si, si...ella me dijo-hago una pausa-por cierto ¿ella a pasado a dar una vuelta por tu nueva casa?

-no, nena, dijo que le gustaría ir con toda la familia a visitarme luego de que las cosas por aquí se calmaran un poco, yo no le dije nada porque tiene razón ¡hay tantas cajas que ustedes no podrían ni sentarse!-ríe de su propio chiste y yo sonrío con melancolía

Sabia que mi mamá me había mentido.

Escucho pasos acercarse a mi habitación, no me muevo, no hago nada ni cuelgo la llamada, simplemente parpadeo varias veces, no quiero sollozar porque mi tía esta al otro lado de la línea, no voy a sollozar. Christopher abre la puerta, me mira por unos segundos, se da la vuelta y la cierra. Mi tía me habla

-cariño ¿sigues ahí?

-si, si, solo que me distrajo algo...

-el amor te tiene mal ¿no?

Yo sonrío, si ella supiera.

Oigo que su esposo la llama porque necesita ayuda con algo, ella se excusa y yo le digo que no tiene porque, después de todo yo la llame sin saber si estaba ocupada o no, luego de eso cuelga. Dejo caer el celular a la cama y vuelvo a parpadear.

Inhalo.

Exhalo.

Ella mintió.

Inhalo.

Exhalo.

La odio.

Suspiro.

Algo mojado cae sobre mi pierna, la miro y toco la gota de agua que cayó en ella, miro hacia arriba, luego frunzo el ceño y me dirijo al baño, me miro al espejo y veo que estoy llorando, no me alegra en lo absoluto, porque al parecer ahora lloro sin darme cuenta si quiera de que lo hago. No me molesto en limpiarme, y al salir del baño Christopher entra por la puerta con un vaso de agua en la mano. Lo miro y el me mira, se que noto que estaba llorando, pero no dice nada, entonces empiezo a llorar con ganas.

Con muchas ganas.

El deja el vaso sobre la mesa de noche y viene hacia donde estoy parada a abrazarme, me acaricia la cabeza y deja que llore, yo no puedo hacer nada, soy como una niña ahora, me aferro a él y empiezo a llorar, como si esa fuera la única forma de comunicarme ahora. Con cada cosa mala que pillo en mi camino me desmorono cada vez más, pensé que mamá no era tan mentirosa, pensé que ella en verdad iría ayudar a su hermana, porque de seguro en alguna parte de su ser, en verdad a ella le importa, pero no lo hizo y eso no pudo hacer mas que decepcionarme...mucho, mucho más. Sigo llorando para cuando el me toma entre sus brazos y hace que ambos nos sentemos en la cama, yo sobre el, lo abrazo y lloro en su cuello, no quería llegar al punto en el que el viera que yo estaba llorando, pero creo que hay momentos en los cuales no puedes contenerte, en los cuales te das cuenta de que lo que te esta pasando es tan fuerte que no puedes callarte, nunca e sido de las personas que lloran en público, no me gusta llorar, pero ahora me siento vulnerable, siento que todo el esfuerzo que e hecho para no decepcionar a mis padres a sido en vano, porque al final la persona mas importante para mi resultó ser la que me decepcionó primero. Trato de calmarme, Christopher también lo intenta, me dice que todo estará bien, y me besa la cabeza, yo le digo que no, que no lo estará. El me abraza más fuerte y yo sigo llorando, no estoy segura de cuanto tiempo paso, o de si gracias a Christopher me calme, pero dejo de llorar, creo que simplemente se me acabaron las lagrimas porque aun me siento llorar, no por fuera, sino por dentro, siento ese sentimiento aún así no este llorando.

Raro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora