|Ojos Rotos|[Avatar]

15. Equipo Avatar /versus/ Equipo Azula.

Capítulo 15: Equipo Avatar /versus/ Equipo Azula.

Ambientación: Libro Tierra. Episodio 8.

—Oigan, eligieron un gran lugar para acampar.—comentó Toph apenas sus pies habían tocado el suelo tras bajarse del lomo de Appa—El césped está suave.

—Eso no es césped.—señaló Sokka, bajándose también—Appa está pelechando.

Katara hizo una pequeña mueca de asco cuando sus pies aterrizaron sobre los montículos de pelo blanco que cubrían el suelo alrededor del bisonte.

—Es parte de la primavera.—explicó Aang esbozando una sonrisa cuando un pájaro azul se posó tranquilamente sobre su cabeza—Nacen aves, hermosas flores, y Appa cambia el pelaje.

—Ay, la hermosa primavera..—suspiró Katara con un mejor humor—Xica, ¿a ti te gusta la primavera?

—De donde vengo no tenemos noción de las estaciones.—admitió Xica mientras acariciaba el lomo de Appa—Todo siempre es...caliente.

—¿También los chicos?—preguntó Katara con una repentina picardía que hizo que Xica abriera grande los ojos.

—¡Katara!—masculló con un leve sonrojo, causando que la nombrada se echara a reír.

Llegada la noche, tras haber patrullando el sitio durante unas horas, asegurándose de que se habían instalado en la zona más aislada del bosque, el equipo Avatar comenzó con sus preparativos para dormir. Xica y Sokka se estaban dedicando a armar las carpas, Aang se encargaba de desempacar los sacos de dormir, y aunque Katara estaba dispuesta a ir en busca de leña luego de terminar de bajar el resto de equipaje, se detuvo en seco al ver que Toph estaba recostada en una piedra, por lo que se acercó hacia ella.

—Oye Toph, cuando preparamos un lugar para acampar solemos dividir el trabajo.—dijo la morena, llamando la atención de su hermano y sus dos amigos.

—No se preocupen por mí, dormiré aquí.—contestó Toph restándole importancia, mientras que sus dientes balanceaban de un lado a otro una hebra de trigo.

—En realidad, lo que trato de decirte es que alguien puede traer agua mientras otros se ocupan de levantar la tienda o encender el fuego.—explicó Katara, mientras detrás de ella Sokka juntaba unas ramas y Xica procedía a incendiarias. Justo en ese momento Momo llegó agitando sus orejas hasta donde estaban y abrió sus pequeñas patas, dejando caer nueces y frutos secos en las manos de Katara—Hasta Momo hace alguna tarea.

—Katara, estoy bien.—volvió a contestar Toph, ahora un poco más irritada—Puedo valerme por mí misma, no necesito fuego, ya recolecté mi propio alimento, y mira—la niña agitó los brazos bruscamente hacia los costados, haciendo que dos piezas de piedra se levantarán de golpe y unieran sus puntas en forma de triángulo por encima de su cabeza—ya levanté mi propia carpa.