|Ojos Rotos|[Avatar]

09. El equipo Avatar se expande.

Capítulo 09: El equipo Avatar se expande.

Ambientación: Libro Tierra.

—Katara, no toques eso, te podría matar.—Sokka detuvo el brazo de su hermana.

—Podría ahogarse si no le quitamos esa máscara.—argumentó Katara, agitando su brazo para soltarse.

—Si no se ahogó cuando la arrastraste desde un barco no se va a ahogar ahora, Katara.

La nombrada puso los ojos en blanco, dispuesta a hacer caso omiso, pero cuando estiró su mano hacia el rostro de la chica inconsciente, titubeó unos segundos. Tal vez ella sí tenía un poco de miedo.

—Katara tiene razón, Sokka.—dijo Aang, mirándolos de reojo desde su lugar en el cuello de Appa—Tiene que tomar aire.

—Exacto.—animada por las palabras de Aang, la morena acercó sus manos nuevamente al rostro cubierto, y habría retirado la máscara sin problemas si no fuera porque de repente se vio observada por unos extraños ojos que la hicieron sobresaltarse—¡Wow!

—¿¡Qué!?—Sokka se alertó y empujó a su hermana hacia atrás, poniéndose enfrente de ella al ver como el cuerpo se movía de un sobresalto similar al que ellos tuvieron y se arrastraba hacia atrás, golpeando su espalda contra el borde de la montura en la que estaban.

—¿Qué sucede allí?—Aang se giró tras oír los extraños ruidos y se encontró con que los extraños ojos de Xica vagaban de un lado a otro en estado de alerta—¡Hey, despertaste!

—¡Sí, despertó!—exclamó Sokka, empuñando su boomerang a la espera de que la esclava saltara hacia ellos y los atravesara con alguna cuchilla o lo que tuviese a mano. Ya había visto a un esclavo hacer eso aquel día en la Tribu Agua del Norte. Fue el día en que Korin descubrió que podía apuñalar usando un hielo puntiagudo.

—¡Sokka, deja eso!—reclamó Aang arrugando la frente. El muchacho acarició levemente la cabeza de Appa—Llevanos al campamento, Appa.

Obtuvo un leve sonido proveniente de Appa y lo tomó como asentimiento. Aang se movió hasta llegar a la montura y pasó por al lado de Sokka y Katara, quien le dio un manotazo a su hermano para que dejara quieto su boomerang.

—¡Hola!—Aang esbozó una gran sonrisa y se sentó frente a ella—Lamento el rescate brusco, la verdad no se nos ocurrió otra cosa, cuando dijiste que me cubrirías no pensé que harías arder el barco en llamas.

—Es lo mínimo que podía hacer tratándose de Azula, ella es...difícil.—murmuró Xica, aún estando un poco confundida—No tenías que hacerlo de todos modos...

—Eso le dije yo.—señaló Sokka, recibiendo un golpe de Katara que lo hizo encogerse de dolor.

—¡Claro que debía hacerlo!—respondió Aang, ignorando a Sokka—No iba a dejarte ahí o a lanzarte un relámpago como me dijiste...

—Principalmente porque él no sabe lanzar relám-¡Ay, Katara!—

—Disculpa a mi hermano, es un idiota.—dijo Katara, asomándose por el hombro de Aang y sonriendo amigable, mientras Sokka se sobaba su brazo pellizcado—Él es Sokka y yo me llamo Katara, a pesar de que nos das miedo nos da gusto conocerte.

—¡Katara, ella no debía saber eso!

—Creo que el hecho de que le estés apuntando con tu boomerang hace que se de una idea.—reclamó Aang cruzándose de brazos—¡Ya baja eso!

—¡No bajo na-!¡Katara, devuelvemelo!

—¡No te devuelvo nada!

—¡Chicos dejen de pelear!