¿Alguna vez soñaste trasmigrar a tu novela favorita?
Para nuestro protagonista había dejado de ser un simple sueño pues al atragantarse y desmayarse, terminó ocupando el papel de un personaje importante de su novela favorita.
Pero para su mala suert...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Todo a su alrededor estaba completamente oscuro, sentía como si cuerpo flotara en un vacío.
No podía escuchar nada ni sabía como es que estaba ahí pero un sentimiento de pánico y opresión comenzó a surgir en su pecho; se sentía débil y le dolía el pecho de una manera que nunca se imaginó.
Sentía que lloraba por el dolor pero ninguna lágrima salía por sus ojos. Pareció que había estado en ese lugar por horas pero no llevaba más de cinco minutos ahí.
Unas alarmas se encendieron y aunque estaba delirando logró voltear a sus espaldas pero cuando volteó no vio nada, estaba completamente solo aunque sentía una presencia más que dedujo que no podía ver.
Esa opresión permaneció pero ahora comenzaba a inquietarse, también sentía que sudaba pero de igual manera no sentía que sudaba.
Alarmado por una presencia a sus espaldas volteó repentinamente y vio una clase de humo gris que apenas logró persivir pero que lo llenó de miedo.
Quiso gritar pero su voz no salía, también quiso correr cuando vio que ese humo comenzaba acercarse tomando una forma humana aunque era difícil de visualizar pero sus pies no se movieron.
De pronto ese humo se encontró frente a él y sin previo aviso comenzó a entrar dentro de él. Se sintió hostigando, mareado y débil.
Era como si sintiera dolor sin doler. Era aterrador.
Y cuando pensó de iba a morir unos golpes a una puerta lo trajeron a la realidad. Abrió los ojos de golpe, su respiración era irregular costandole poder respirar bien.
Ya no se encontraba en ese vacío oscuro, ahora estaba en la habitación rústica dónde había pasado dos noches durmiendo.
Su cuerpo temblaba y ahora sí podía sentir las lágrimas deslizarse por sus mejillas y el sudor mojandolo por completo.
Se llevó su mano a su pecho, la sensación aún la sentía.
Otro par de golpes en la puerta lo sobresaltaron. Ignorando todo se levantó rápidamente limpiándose las lágrimas y corrió abrir la puerta.
Jeno se encontraba del otro lado y cuando estuvo apunto de hablar se sobresaltó al ver el estado en el que se encontraba Jaemin.
Estaba pálido, sus ojos rojos e hinchados, en sus mejillas se podían ver rastros de lágrimas, sus labios también estaban un poco pálidos, debajo de sus ojos habían unas ojeras prominentes y estaba empapado de sudor, incluso pudo ver un ligero temblor en el cuerpo del peliazul.
—¿Se encuentra bien su alteza?— Preguntó Jeno preocupado, olvidando la razón por la que había venido en primer lugar.
—Está todo bien.— Respondió Jaemin ocultando el temblor en su voz.— ¿Qué quieres?— Le preguntó con frialdad.
