Cuando tiró a Jeno por el precipicio sintió como sus manos se manchaban de sangre aunque no era más que una ilusión.
Pero ese día realmente tenía sus manos manchadas de sangre, sangre de la realeza.
—¡¿Estás demente?!— gritó de horror la Reina.
Jaemin estaba tan ocupado acuchillando el cuerpo de su "padre" como para prestarle atención a la Reina que gritaba horrorizada por lo que estaba viendo sus ojos.
Estaba fuera de sí, sentía que no era él, que todas las emociones negativas estaban controlando sus acciones tanto que su mirada era más fría y cruel. Ni siquiera sentía remordimiento o dolor cuando acuchilló al Rey una última vez, manchando el piso de sangre.
Cuando alzó su mirada a la Reina esta lo miró con miedo pero estaba tan asustada como para poder correr mientras su hijo se acercaba lentamente a ella.
La ropa que siempre lucía impecable y limpia ahora estaba pintada de un hermoso carmesí.
—Por favor...— suplicó la Reina por primera vez en su vida.
Esta había sido la primera vez que Jaemin no recibía una mirada de odio y desprecio de su madre, solo una de horror que le trajo calma.
Entonces clavó la daga en el abdomen de la Reina mientras ella gritaba de dolor y caía de rodillas al piso, Jaemin se inclinó junto con ella mientras la miraba con lástima.
—Esto es su culpa— dijo Jaemin sacando la daga de su abdomen para volver a apuñalar en el mismo sitio pero aún más profundo.— Si tan solo me hubieras visto de la misma manera que veías a Jeno, entonces esto no estaría pasando.
—Por favor...— volvió a suplicar la Reina con lágrimas en los ojos.
Y era cierto, había sido la culpa de ellos por no poder aceptarlo como era, por menospreciar a su propio hijo. Por primera vez la Reina miró a Jaemin con lástima y tal vez con amor.
El pecho de Jaemin se contrajo al ver la mirada que su madre le daba pero eso había sido suficiente para acabar con su paciencia y clavar una tercera vez la daga sobre su pecho.
El cuerpo de la Reina cayó boca arriba dando sus últimos respiros. Se culpaba pero ahora no había marcha atrás, ese era su castigo por no haber sido una buena madre.
Cuando Jaemin vio que el cuerpo de su madre había dejado de respirar se sintió presa de pánico, lloraba mientras reía, volviéndose loco.
—¡Aún no puedes morir!— le gritó pero ya no podía ser escuchado— ¡Aún no has recibido todo tu merecido!
El silencio en el Palacio lo volvió loco durante esos segundos, estaba perdiendo el control de si mismo, quería resistirse pero le era difícil. Sentía como si fuera controlado por alguien que no era él y eso lo llenaba de desesperación.
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I'm (Not) The Villian | NoMin
Fanfiction¿Alguna vez soñaste trasmigrar a tu novela favorita? Para nuestro protagonista había dejado de ser un simple sueño pues al atragantarse y desmayarse, terminó ocupando el papel de un personaje importante de su novela favorita. Pero para su mala suert...