¿Alguna vez soñaste trasmigrar a tu novela favorita?
Para nuestro protagonista había dejado de ser un simple sueño pues al atragantarse y desmayarse, terminó ocupando el papel de un personaje importante de su novela favorita.
Pero para su mala suert...
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Sentía que había perdido la noción del tiempo. Sentía que había pasado un par de meses desde lo sucedido sin embargo ya había pasado el primer año, sentía todo a su alrededor ir muy lento.
La noticia de que Jeno murió el quinto día en la Cacería se expandió muy rápido. Todos lo conocían y era el favorito a ganar este año pero en cuanto se esparció la noticia de su muerte todos se sintieron triste por él.
Jeno no solo era conocido por ser el guardia personal de Jaemin, también por su grandes habilidades en la espada y por sus buenos modales es por eso que todos le tenían aprecio, aún cuando ni siquiera habían hablando con él en su vida.
El castillo también se sintió muy vacío a pesar de que había sirvientes y guardias paseándose por todo el Palacio.
Por su parte, Jaemin pasó la mayor tiempo en su habitación, en librería del Palacio y entrenando, quería evitar enfrentarse a sus 'padres' a toda costa, la última vez que hablaron las cosas terminaron mal, fue después de que se anunciara la muerte de Jeno aunque Jaemin estaba muy fuera de sí como para poder recordar por qué habían discutido.
Esa tarde se encontraba en la biblioteca como todos los días, sentado en un escritorio como todos los días, escribiendo cartas a Jeno, algunas veces solo escribía como se sentía o lo que hacía en todo el día en otras escribía que lo extrañaba y le hacia falta, otras veces perdía el control de si mismo y simplemente hacia garabatos en toda la hoja perdiendo el control de sus emociones.
Y otras como ese día solo escribía las mismas dos palabras en toda la hoja.
Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento.
Se sentía vacío, viviendo como un fantasma en la espera del regreso de Jeno. En ese momento no tenía a nadie, le había dicho a Renjun que se quedara con él durante esos dos años así que se encontraba solo.
La tinta de la pluma se desparramó por toda la carta, manchandola casi por completa. Suspiró con cansancio y colocó la carta junto con todas las demás que había escrito todo ese tiempo.
Sentía que se volvería loco.
Tampoco había podido reencontrarse con Kun para obtener respuestas y eso lo tenía muy frustrado. El Devorador de Almas volvía aparecer en la mayoría de sus sueños —consiencia— pero aún no se perdía en sí mismo así que no podía entender por qué Kun no había vuelto.
