Chapter 27: Camila/ Están viniendo

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Capítulo 27: Camila/ Están viniendo 

En el corazón de todos los inviernos

vive una primavera palpitante,

y detrás de cada noche,

viene una aurora sonriente

-Khalil Gibran.

Estaba tumbada sobre Lauren intentando hacerla reaccionar justo cuando se produjo una explosión detrás nuestro, cercana a los bosques. Mi primera reacción instintiva fue apretujarme contra el cuerpo de ella, para intentar protegernos.

Todo sucedió tan rápido que no tuve tiempo en reparar la advertencia de Lauren: Están viniendo, se refería a los enemigos.

Una vez se tranquilizó un poco el ambiente, me levanté tambaleando y empujé con ambas manos a la morocha que continuaba choqueada.

- Vamos, tenemos que irnos –Grité porque tenía los oídos entumecidos a causa de la explosión. Ella me miró desorientada y asintió; dejó que la guiara camino a casa. Corrimos lo más rápido posible y cuando llegamos a la entrada, todos estaban fuera mirando el incendio que se esparcía por los bosques.

Tanta belleza se había convertido en cenizas, en un peligro inminente. Nuestro hogar no estaba muy alejado de allí y temí que la línea de soldados avanzara hacia nosotros.

 Abracé a Madre con lágrimas en los ojos mientras soltaba la mano de Lauren, recogida por la suya.

- Mija, ¿Te encuentras bien? Te sangra la ceja –No me había percatado de aquello y cuando llevé mi mano al lugar, noté un líquido caliente deslizarse por mi rostro.

- Ss… sí. Debí golpearme con alguna rama camino a casa.

El señor Williams portaba una escopeta y mirando furiosamente hacia el bosque, nos ordenó que entráramos de inmediato.

Alcé la cabeza para intentar ubicar a Lauren pero mi vista nublada solo me permitía ver un puñado de sombras, correteando hacia el interior de la casa.

Estaba demasiado oscuro para ver algo; todas las luces apagadas y la fogata también para evitar que alguna luz delatara nuestro paradero.

Dios mío, ¿Por qué nos está pasando esto? Nosotros no hicimos nada malo. Dios mío, ayúdanos. Recé dentro de mí, intentando conservar la calma. Pero mis ojos aún reflejaban el fuego abrasador llevándose por delante lo que alguna vez fue un hermoso paisaje verde y vivo. Tan vivo como lo estaba en ese momento.

Clara trajo una vela para alumbrarnos los rostros, noté que todos estábamos desesperados. Excepto Joseph, quien al igual que su padre, tenía la vista fija en el afuera, con un arma en mano.

- Hijos de puta… Pagarán por esto –Masculló entre dientes. Sophie le cogió el brazo, intentando tranquilizarlo pero él parecía fuera de sí.

- No hagas nada estúpido, Joseph, por favor –Le suplicó pero él se soltó de ella con enfado y caminó donde su padre para evaluar el próximo paso.

Las facciones del rostro del señor Williams eran muy duras, parecía una estatua de mármol, congelado pero dentro suyo, con la cabeza quemándole con todos los pensamientos que se iban acumulando.   

Nos mantuvimos en silencio por si acaso algún sonido pudiera ubicarnos en lo que estaba pasando afuera. De repente, vimos unas antorchas y un grupo de hombre que las cargaba junto con armas.

Un amor en tiempos de guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora