Capítulo 19: Camila/Decisiones que tomar
La libertad, al fin y al cabo, no es sino la capacidad de vivir con las consecuencias de las propias decisiones
–James Mullen
Cuando Lauren despertó del trance donde no paraba de retorcerse y aullar como un lobo herido, yo fui la primera persona a la que miró, con aquellos ojos verdes penetrantes pero asustados.
Creí que no me reconocería por el modo en que luchó por liberarse de todas las manos que la sujetaban. Sin embargo, lo más desconcertante fue cuando clavó su furia en el padre y mencionó el nombre de una chica. “Marion”.
De inmediato, nuestra atención fue a parar a un Mike ahora horrorizado, instalado en un mutismo sospechoso.
Clara le cogió la mano e intervino en la escena pidiéndonos que por favor les diéramos privacidad.
Lauren cogió mi mano, bien fuerte, suplicándome para que no me fuera y la dejara con “aquellos monstruos”, pero no tuve mucha opción cuando mi madre jaló de mí, aún estirando nuestras manos que con cada paso, se volvían más inaccesibles.
Sophie iba detrás de mí, cabizbaja, dándole vueltas a lo que acababa de suceder; mas estaba tan pálida y muda como Mike. ¿Acaso sabría algo que yo no? Quise darme la vuelta y preguntarle pero mi madre me interrumpió.
- Venga, tomemos un café –Me dijo una vez que habíamos bajado las escaleras y con la puerta de la habitación cerrada, no se podía escuchar ni el silbido del viento. Necesitaba saber qué estaba sucediendo arriba.
- Quisiera escribir un rato –Me encogí de hombros sin mirarla directo.
- Dije que vinieras –Me cogió del brazo, apretándolo con demasiada fuerza; entendí que era una orden, no una invitación genuina.
Fruncí los labios, intentando no descargar toda mi frustración sobre ella y nos encaminamos hacia la cocina.
Me senté apoyando la cabeza entre mis manos, con mis pensamientos situados donde Lauren, temiendo qué podría estar pasando. Me la imaginé gritando, llorando indefensa y tuve que aferrarme a la silla para no salir disparada.
Luego mi madre colocó dos tazas de café en la mesa y una botella de licor, creo que de menta ¿O era de chocolate?
La miré frunciendo el ceño mientras ella vertía algo del contenido en su café; me hizo una seña ofreciéndomelo pero negué con la cabeza.
- Padre no querría que bebiera –Dije tajantemente. Ella lanzó una carcajada, sonriéndome con complicidad.
- Estoy segura de que tu padre no querría que hicieras tantas cosas y sin embargo, las haces –La miré boquiabierta, dispuesta a salir disparada de aquel ambiente tenso pero me detuvo levantando una mano. Me reacomodé en el lugar, fulminándola.
- No estoy de humor para bromas –Dije y Sinu bebió un sorbo, calculando cada palabra y movimiento. Asintió lentamente sin apartar la vista.
- Lo sé. El tema de Lauren te ha mantenido bastante tensa este último tiempo y… -Hizo una pausa para tomar aire-, nos tiene preocupados.
- ¿Nos? ¿A qué te refieres? ¡Obvio que a todos nos preocupa Lauren! –Me puse a la defensiva, clavando las uñas en la mesa.
- Claramente, mija pero parece que a ti te mmm… está consumiendo –Frunció los labios observando los grabados de la taza que eran como espirales color rosado; enarqué una ceja confundida.