Capítulo quince.

688 56 35
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La castaña se bajó del auto y caminó hasta Steve, quien le esperaba en la entrada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



La castaña se bajó del auto y caminó hasta Steve, quien le esperaba en la entrada. Le sonrió con los labios fruncidos y él le devolvió la sonrisa.

—¿Qué tal ha ido todo?

Triste —suspiró—, quiere que regrese a Shield.

—¿Y tú quieres regresar? —preguntó a lo qué Natalie negó con la cabeza—. ¿Te quedarás con Bucky? —Natalie no pudo evitar sonrojarse y Steve levantó una ceja—, ¿qué rollo traes con James, señorita?

Nada —hizo un chillido y se cubrió la boca. Steve hizo un sonido de indignación con los labios en una completa O—. ¡Nada, te lo juro!

—¿Crees que nací ayer?, nací en mil novecientos diez y ocho, jovencita.

—Eres un anciano.

Y tú estás reproduciendo sonidos, así que..., me tendrás que decir.

Natalie giró los ojos y se adentró en la casa mientras Steve la seguía por detrás. Ambos caminaron hasta el baño y cerraron la puerta detrás de ellos, ignorando que Zemo y Sam se asomaron con el ceño fruncido en su dirección.

Nos besamos.

¿¡Qué!? —gritó Steve y ella cubrió su boca—, ¿cómo que se besaron? —preguntó amortiguado.

Natalie asintió sonrojada y retiró su mano.

—¿Qué?, ¿cómo fue? —Natalie se sonrojó hasta las orejas y Steve rió enternecido—. Awww, ¡mírate!, eres un pequeño tomatito andante.

Ella le dió un golpe y lo empujó para salir del baño mientras Steve reía y la seguía por detrás.

—¡Natalie!, no te enojes —la siguió hasta su habitación y ambos entraron.

Natalie se giró sobre sus talones y rió, comenzó a recordar los sucesos con Bucky y se sonrojó hasta la coronilla. Se cubrió la cara cuando Steve comenzó a reír y ella se dejó caer en la cama.

—Nat, ¿entiendes lo que significa esto? —se puso más serio. Natalie se descubrió la cara y lo miró—. Tu maldición Natalie, si Bucky te besó, y ya puedes hacer aunque sea un mínimo sonido... —ella esperó, sin saber a donde quería llegar—, ¡por dios mujer!, ¡él es tú alma gemela!

Se sentó como resorte en la cama y se sonrojó hasta las orejas, ¿eso era posible?, ¿qué el soldado, que era mejor amigo de su mejor amigo..., fuese su alma gemela?. Si era así eso explicaría el porqué se había sentido atraída hacia él desde el momento en el que lo vió, incluso mucho antes, cuando salieron todas esas noticias de que estaba yendo a terapia.

Steve salió emocionado del cuarto y se dirigió a toda prisa hacia el de Bucky. Natalie salió corriendo detrás de él y lo tacleo antes de que llegaran. Desafortunadamente el impulso hizo que atravesaran la puerta abierta de la habitación y James los viera a ambos en el piso cuando iba saliendo del baño.

—¿Qué está pasando? —preguntó confundido, viendo a Natalie encima de Steve y a ambos en el piso.

—¡Bucky! —Natalie abrió los ojos como platos— ¡Tu —ella cubrió su boca rápidamente con ambas manos haciendo que no se entendiera nada de lo que decía Steve.

—¿Cómo? —preguntó él.

—¡Nada! —dijo en su dirección, se subió un poco más para que Steve pudiera verle la boca—. Si dices algo te corto las bolas.

Él abrió los ojos indignado y se calló con un bufido. Quitó las manos lentamente amenazándolo con la mirada y ambos se pararon del piso.

—¡EreselalmagemeladeNatalie! —dijo a toda prisa.

—¡Steve! —profirió ella con un chillido.

—¡Tiene que saberlo! La

—O sea... —ambos voltearon a verlo y ella se cubrió la cara.

—Así es brou, eres el alma gemela de Natalie.

Ella rió por el brou y Bucky pasó su vista de uno al otro.

—¿Cómo que alma gemela?

—¡Si!, tú romperás su maldición.

Bucky no dijo nada y la expresión de Natalie decayó. Él no quería ser su alma gemela.

Excelente —suspiró y salió de la habitación para llegar hasta la suya y pegar un portazo.

—¡Natalie! —le siguió Bucky por detrás y Steve se quedó en su lugar, sabiendo que no debía interferir.

El hombre entró a la habitación de la chica y la encontró sentada en la cama con los ojos lagrimosos. Se apresuró a hincarse frente a ella y tomó sus manos, Natalie volteó hacia otro lado, no quería ser una carga para el hombre —o un compromiso— que había sido su primer enamoramiento y sobre todo su primer beso. Había cenado con él y mirando películas que jamás había visto. No era mucho, pero era suficiente para ella.

—Nat... —le dijo Bucky gentilmente.

—No quiero ser un compromiso para ti. Se que he estado viviendo en tu casa pero no quiere decir que tengo que ser una carga. Tu no tienes ninguna responsabilidad conmigo o con esta estúpida maldición —le dijo directamente y pudo ver cómo él abría la boca sin saber qué decirle exactamente.

—No eres una carga. Solo es..., algo grande. Me tomó por sorpresa —sonrió de lado y limpió la mejilla de la chica, donde ya se habían derramado lagrimas—, pero te prometo que no eres una carga. Acepté a ayudarte porque para ser sincero... —miró la habitación y suspiró—, este lugar estaba muy vacío.

—Lo siento —él apretó sus manos y le sonrió.

—No es necesario que te disculpes. No es como que haya sido solo un beso.

—¿A no? —preguntó sonrojada y Bucky rió.

—¡Claro que no!, ¿de verdad crees que soy tan idiota?

—Bueno, los hombres son unos idiotas.

—No todos —Natalie asintió sabiendo que tenía razón. Al parecer no todos los hombres eran unos idiotas—. Ven, vayamos a cenar —afirmó el agarre en su mano y la sacó de la habitación mientras se dirigían a la cocina.

Steve salió del cuarto susurrando un "lo siento" por el que ella asintió, haciéndole saber que estaba bien. Él sonrió y la alcanzó mientras la abrazaba por los hombros.

Todos se reunieron en la mesa y comieron en armonía, mientras la chica aún tenía sus dudas sobre la carga o no.

The sound of silence | Bucky Barnes      CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora