—¡Oye! —Bucky iba a ir al rescate de la chica cuando esta le dió un rodillazo en las pelotas al hombre que trataba de llevarla al baño—, oye...Natalie le escupió y se dió la media vuelta, topándose con Bucky. No pudo evitar sonrojarse pero por alguna razón no quería huir, pero en ese momento se le apetecía un cigarrillo.
Le hizo una seña de fumar con los dedos y se alejó del lugar, subiendo las escaleras para salir a una de las terrazas del club, Bucky la siguió por detrás teniendo ese extraño sentimiento de que necesitaba protegerla sin importar qué. Ella se recargó en la barandilla de concreto de la terraza y sacó un cigarrillo de su bolsa, sacó un encendedor y lo prendió. Bucky se recargó a su lado mirándola mientras ella exhalaba el humo.
—¿Tienes veinte años y ya fumas? —ella sonrió y le ofreció un cigarro a lo que él negó.
El ambiente era incómodo, el hombre quería hablar y ella también —pero evidentemente no podía—, y él no sabía comunicarse en lenguaje de señas así que lo único que hizo fue, sonrojarse hasta las clavículas por la incomodidad y no decir nada. Bucky miró como la chica se sonrojaba intensamente y le pareció de lo más tierno, en especial porque parecía querer esconderse de su mirada.
—¿Llevas toda tu vida en Shield? —le preguntó a lo que ella asintió—. Debió ser muy malo para ti estar encerrada todo este tiempo —ella asintió de nuevo tristemente—, bueno, yo conozco el sentimiento.
Natalie lo miró por primera vez en toda la noche directamente a los ojos, ¿él conocía el sentimiento?, ¿cómo?, se veía como si se hubiese adaptado muy bien o muy rápido a las cosas que le rodeaban. La castaña no pudo evitar pasar su vista a su brazo izquierdo, que se veía como un brazo normal bajo la tela del traje pero su mano evidenciaba que era de metal. Sus dedos curiosos no pudieron evitar recorrer las marcas doradas de su mano y él la extendió, para que la chica pudiese explorarlas fácilmente. Él la miraba atentamente buscando su reacción, quizá ella también pensaría que era un monstruo por tener partes autómatas en su cuerpo humano —cosa que no deseaba en lo más mínimo—, pero la chica solo parecía fascinada, se veía como el día anterior en la sala mientras veía la magia de Wanda, parecía una niña pequeña con una lupa que investigaba a las hormigas que encontraba en su patio trasero.
—¿Por qué lo tienes? —preguntó en señas y después rió sin sonido al recordar que el chico no le entendía en lo más mínimo. Articuló las palabras con la boca y él pareció entender.
—Oh —se rascó la nuca, ese era un tema del que no le gustaba hablar para nada, pero ahora que era libre sentía que no había ningún problema en contárselo a la chica—, caí de un tren hace mucho, mi brazo..., bueno —rió—, fue arrancado de mi cuerpo en el proceso gracias a un árbol —ella abrió los ojos con sorpresa, ¿un árbol podía hacerle eso?—, y lo demás ya lo sabes.
Formuló un Wow y dió una última calada de su cigarrillo antes de apagarlo. Miró por última vez la mano del hombre tomó de su trago. James miró como la chica se ponía más seria, tal vez la había asustado, y aunque le hubiese dicho a Steve que él "no estaba en Natalie" no podía negar que era así, aunque fuese sólo un poco. Le parecía fascinante como una chica que había vivido toda su vida en una sala de estar parecía ser tan agradable con la gente, se veía tan tierna cuando sus ojos brillaban al descubrir o sentir nuevas cosas con las yemas de sus dedos. Al oír todo lo que había en el exterior.
El sonido de un teléfono llamó la atención de ambos y James contestó cuando Natalie se lo entregó, el nombre Stevie resplandecía en la pantalla, apretó los labios y contestó.
—Hey, es hora de irnos.
—Ahora bajamos.
—Así que estás con Natalie ehhh —bromeó.
—Ay cállate Steve —rió y le ofreció su brazo a la chica, quien se sonrojó pero entrelazó el suyo con el de él—, ahora vamos.
—Está bien tortolitos.
Bucky terminó la llamada y le entregó el teléfono a la chica, ella lo guardó y terminó su trago antes de llegar de nuevo a la puerta, donde ya los esperaban los demás. Natalie no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas ante el movimiento de cejas que le hacía Natasha.
—Andando —dijo Steve con una sonrisa.
Todos entraron de nuevo a la limosina, donde aún había algo de música y licor.
—Ven Natalie —Wanda abrió el quemacocos del auto y Natalie se levantó curiosa de su asiento, Natasha sonrió y se les unió cuando a ambas les azotó el viento contra el cabello. Natalie se sorprendió y rió cuando las otras dos comenzaron a hacerlo.
Se sentía bien.
—¿Te lo has pasado bien? —ella asintió cuando salió del baño. Había sido una noche muy divertida a su parecer, le dolía un poco la cabeza, pero ya conocía los efectos del alcohol—, tendremos que ir más seguido a los clubs.
—He invitar a Bucky, no olvides eso —bromeó Wanda haciendo que la chica se sonrojara.
—Así que te gusta Bucky, ¿eh?.
—Claro que no, ¿de que están hablando?
—Dime que no cuando no estés sonrojada hasta las orejas —evidentemente ese comentario logró que se sonrojara más y las dos pelirrojas rieron.
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The sound of silence | Bucky Barnes CANCELADA
Fiksi PenggemarFury tiene bajo su ala a una chica bastante peculiar, en el pasado, una niña de cinco años llegó a la base sin poder hablar, traía una carta consigo, diciendo que era parte de una maldición. Parece ser que el arte del combate va en sus venas aunque...