Capítulo 12

120 11 2
                                    

Kagome contempló la mano que estaba extendida hacia ella, alzó la vista y se encontró con esos ojos verdes que la miraban con ansiedad de una respuesta.

¿Aceptar o no aceptar? Era ese el dilema que había en su cabeza, no sé esperaba esa propuesta por parte de él, cuando apenas se conocían.

¿Ella deseaba ser cortejada por él?

―Bueno...― lo escuchó hablar a él – Si no tiene una respuesta no se preocupe. Sé esperar y soy paciente. Entonces ¿Me permite este baile?

Ella asintió y tomó su mano. Aun y en contra de su padre, aun y en contra de todos los rumores que rodeaban a ese hombre misterioso, ella aceptó bailar con él.

La condujo a paso lento hacia la pista, todas las miradas estaban sobre ellos dos, incluso la de Inuyasha, quien la había visto por encima de la cabeza de Lady Andrews.

―Todos nos miran – comentó ella, una vez que comenzaron a bailar.

Él esbozó una sonrisa y se encogió de hombros – Es por lo hermosa que se ve esta noche, mi bella rosa inglesa.

Kagome se ruborizó y agachó la cabeza. Dios, esas palabras eran tan hermosas que la hacía sentirse bella de verdad. ¿Qué había malo en ese hombre? ¿Era verdad que hacia eso en la intimidad? No se veía que era una persona mala, al contrario, en sus ojos había generosidad, amabilidad, amor, pero también reflejaban tristeza, dolor y angustia.

¿Qué pasaría si ella aceptara su cortejo? En primer lugar su padre se enfadaría mucho e incluso era probable que la dejara sin dote, por el otro lado comenzarían los rumores sobre el cortejo y una posible unión entre una inglesa y un español.

La mejor decisión es la que elije tu corazón. Escúchalo.

Esta vez su subcontinente supo ser sabio. Ella no podía aceptar el cortejo de Lord de la Rosa porque no sabía nada de él, además su ciego corazón estaba aferrado a una ilusión, pero sólo eso le bastaba para soñar con que él algún día vendría hacia ella y le pediría ser su esposa.

No te engañes, eso no va a pasar.

Esbozó una media sonrisa.

―¿Cuánto tiempo lleva aquí en Londres, Lord de la Rosa?

―Creo que esa pregunta me la hizo la primera vez que nos vimos en el teatro – respondió él, haciéndola girar y regresándola a la misma posición – Y si mal no recuerdo mi respuesta fue "Hace algunos años, que me había vuelto loco y maté a mis padres y a mi prometida y hui"

La sintió temblar bajo sus brazos y se arrepintió de habérselo recordado. Lo cierto era que no había hecho eso, su historia era muy diferente pero con el mismo final.

Se detuvo y Kagome se sorprendió ante esa acción.

― ¿Sucede algo, milord? – preguntó ella, arqueando una ceja.

―Venga milady – la tomó del brazo y comenzó a alejarse de la pista –Tengo que decirle algo.

La condujo hacia el jardín, donde aún las luces iluminaban el balcón, si ella le daba la oportunidad de cortejarlo debía saber toda la verdad, porque estaba seguro que los rumores sobre su reputación había llegado a oídos de ella.

Hizo que tomara asiento en una banca. Kagome lo miraba con expresión confusa.

― ¿Qué sabe usted de mí? – preguntó él, recargando un pie en la banca y flexionando su rodilla.

Kagome abrió la boca y formó una "o" pero después la cerró y agachó la cabeza.

―Pues...― se pasó la lengua entre los labios – No sé a qué se refiere señor.

CONQUISTAR A UN LORDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora