Capítulo 25

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Sintió su brazo rodearle la cintura atrayéndola hacia él, mientras que sostenía su mano con la de él. A esa corta distancia podía observarlo bien. Se veía tan atractivo en ese traje gris con esa camisa de lino y el pañuelo de color azul marino atado al cuello y su aroma la envolvía como la seda.

Pero su mirada era fría y aun recordaba el modo en que él la había echado de su habitación. Tal vez lo hizo por seguridad, para que nadie los viera o tal vez porque no quería verla.

¿Qué tenía que ver Lord De Canterville en esto? En primer lugar le había auxiliado cuando se tropezó con aquel mesero, en segundo lugar le había pedido bailar con él esta danza y en tercer lugar no planeaba comprometerse con alguien más después de su compromiso anulado con Lord De la Rosa.

En cambio él parecía disfrutar de su soltería y más de su compromiso roto con Vanessa. Ahora exhibía a su amante en una reunión que se suponía debía ser familiar.

— ¿Y de modo que su acompañante es nueva conquista, milord?— preguntó ella, con el mismo tono que Inuyasha había preguntado.

Él esbozó una media sonrisa. Su mirada fue desde la pelirroja que bailaba con un anciano, que la recorría con la mirada de arriba abajo y después sus ojos dorados se posaron en ella.

Se encogió de hombros y dijo de lo más natural.

—No estamos hablando de ella. Sino del duque De Canterville. Dígame ¿Ha conseguido que la corteje?

Kagome frunció el cejo. En el pasado él se había mostrado más atento, más... dulce. No como ahora, que se estaba comportando como un auténtico granuja. Si las miradas mataran, él ya estaría fulminado un par de veces.

—Se equivoca al pensar que yo planeo hacer que ese hombre me corteje. ¿Acaso no ha olvidado que he anulado compromiso con Lord De la Rosa como para comprometerme con alguien más?

Él hizo una mueca.

—Honestamente no creo que sea capaz de comprometerse con alguien de manera sincera.

Kagome abrió los ojos como platos ante su respuesta, pero ella no se quedó atrás.

—En cambio yo dudo que usted sea honesto con sus palabras milord.

Ahora quien fruncía el cejo era él, no comprendía el comentario de Kagome.

— ¿A qué se refiere con eso, milady?

—Dice amar a una mujer pero al menor descuido esta con alguien más. Por ejemplo con esa cantante de ópera.

Él esbozó una media sonrisa, estaba casi seguro que ella estaba celosa de su compañera.

— ¿Celosa de ella querida?

— ¿Celosa yo? Para nada milord. Y le agradecería mucho que no me diga querida.

—No se preocupe, querida. Me queda claro que no está celosa. Aunque siendo un hombre libre puedo exponerme delante de todos en compañía de la mujer que se me apetezca. Además debo aclararle milady, que cierta dama me ha rechazado un par de veces. Era evidente que no la iba a esperar toda una vida.

Si, está bien. Se merecía su desprecio y más.

Llegó un punto en que ya no quería balar con él. Odiaba en estos momentos su presencia.

Estaba a punto de zafarse, pero Inuyasha la apretó aún más fuerte contra sus brazos.

Negó con la cabeza y esbozó una media sonrisa. —Al menos tenga la educación de terminar éste vals Lady Higurashi. Después podrá macharse con él.

CONQUISTAR A UN LORDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora