Kagome frunció el cejo, quiso entrar de nuevo a la habitación de Inuyasha y explicarle muchas cosas incluyendo las razones por las que no confiaba en él. Eran sus indecisiones y la manera impulsiva de actuar lo que evitó que ella aceptara el amor que le ofrecía.
Se aceró a la puerta unos cuantos centímetros, alzó una mano para tocarla con los nudillos, pero negó, no era lo correcto, después de todo, estaba en frente de la habitación de un hombre soltero y en su casa.
No, tal vez en otro momento, además él no se encontraba en buenas condiciones como para poder hablar. Así que, bajó su mano, giró sobre sus talones y regresó por donde había ido.
Inuyasha abrió los ojos ¿Qué había hecho? Había corrido a la mujer que amaba de su habitación cuando lo único que deseaba era abrazarla y besarla, le había dicho además que retomaría su vida de libertinaje todo para hacerle daño.
Dio media vuelta, abrió la puerta pero el pasillo estaba solo, lo único que flotaba en el aire era el aroma que ella había dejado.
Kagome regresó con su madre, su tía y la anciana Kaede, quienes se encontraban en el jardín, ninguna de las tres le habían interrogado el motivo de su tardanza.
— ¿Cómo sigue su sobrino, Lady Clearwater? — preguntó la condesa Higurashi.
—Bien querida — respondió la dama, dándole un pequeño sorbo a su tasa de té — Es solo una pequeña fiebre. En cuanto se recupere estará como nuevo.
— ¿Y sus demás sobrinos, milady? —preguntó la tía de Kagome.
—Kikyo salió muy temprano con el duque de Canterville, juntos iban a dar un paseo por el Serpentine — esbozó una sonrisa — Creo que por fin mi sobrina ha encontrado el candidato perfecto a ser su marido. Por otro lado, quiero hacerles la cordial invitación a la fiesta de compromiso de mi sobrino Koga con la señorita Ayame que se realizara dentro de varios días. Todo se organizará en la casa de la joven, así lo dispuso el padre de ella. — Miró a la condesa — Para mí sería un honor que asistieran.
—Cuente con ello — asintió la condesa con una sonrisa.
Kagome esbozó una media sonrisa, se alegraba de ella y de Koga, al menos ellos iban a ser felices. Tal vez después de que ella se casara con el Lord De la Rosa sería feliz en España.
Suspiró para sus adentros, ¿A quién pretendía engañar? Ella no deseaba irse a vivir a España, en tal caso prefería regresar a Francia. Faltaban escasos meses para que ella se uniera en matrimonio con el duque. Observó el anillo que él le había dado, era el mismo anillo que había usado Catalina, su antigua esposa, entre ellos si había amor, un amor que pasó más allá de la vida y después, una tragedia que absorbió todo.
Ahora que lo pensaba, él se había mostrado frío después de que regresó de su supuesto secuestro. Ya no la visitaba con más frecuencia, no le mandaba tan siquiera un detalle, no era que le preocupara, él era aún un hombre libre.
Pero, ¿Y si había alguien más en su vida y ella estaba en medio? ¿Tenía el valor suficiente como para romper el compromiso? Tal vez si, lo rompería y se podría ir a Francia donde podría comenzar de nuevo.
Siendo realista, ella no deseaba casarse con él.
¿Él si lo deseaba?
—Te veo muy callada hija ¿Pasa algo?
La voz de la anciana Kaede la regresó a la realidad.
Kagome descubrió que tenía la mirada perdida en el anillo que llevaba en su mano izquierda. Alzó la mirada y se obligó a esbozar una sonrisa.
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CONQUISTAR A UN LORD
Romance¿Qué tan complicado sería conquistar a un Lord arrogante?