T R E C E

1K 120 32
                                    

Abrí mis ojos de repente, respirando agitado. Pude observar al momento el cielo oscuro, dándome a saber que era de noche. Me levanté rápidamente mirando a mi alrededor.

Un campo extenso, el sonido de la brisa junto con el cantar de los grillos era lo único que se escuchaba en el lugar. Me encontraba confundido y sin saber bien en como llegué a este lugar. Desorientado y nervioso comencé a caminar, sintiendo leves cosquillas es mis brazos cuando caminaba entre las plantas altas.

—¿¡Jimin!? — llamé comenzando a correr, sintiendo ahora el aire más denso en mis pulmones, siendo incapaz de respirar correctamente.

Cuando llegué al final de todas esas plantas altas, el inicio de un gran bosque me dio la bienvenida, dejándome aún más confundido que antes. Pero más fue mi sorpresa al ver salir una persona de esta.

Y la que menos me esperaba.

—¿Q-que? — di dos pasos hacia atrás, tratando de procesar lo que estaba sucediendo.

—Tanto tiempo ¿no lo crees? — habló, siendo la misma voz insoportable.

—¿Que carajos haces aquí? ¿Y donde mierda estoy? — pregunté comenzando a enojarme.

—Yo también me alegro de verte Yoongi— dijo de forma sarcástica mientras se acercaba un poco más.

—Ya déjate de mierdas y dime que hago aquí.

—No lo sé, tal vez sea un lugar en donde deberías estar. —respondió con una sonrisa socorrona.

Frunci el ceño sin entender lo que quería decir.

—Dejate de idioteces— dije entrando más en molestia.

—Ah Yoongi...— caminó un poco más cerca de mí, su mirada siendo la misma, esa misma que veo en el espejo despreciando toda imagen de mi ser. — ¿A caso tú no cambiaras, verdad?.

Me mantuve en silencio, teniendo mi respiración agitada por la ira que estaba corriendo por mis venas en ese momento.

—Que desgracia seguir con tu vida sabiendo muy dentro de ti, que has asesinado a tu propia madr-...

—¡Cállate maldito hijo de puta! — grité en desesperación, sacado en todos mis sentidos— ¡Esa cosa no era mi madre, no lo era!.— mis ojos se pusieron llorosos al recordar el trágico momento que aún en la actualidad seguía siendo un tormento.

—Claro que lo era, antes de convertirse en eso, era tu madre. Y la mataste, pero déjame iluminarte un poco más... — esta vez se acercó demasiado quedando a pocos centímetros de mi rostro. — La mataste incluso aún antes de convertirse. Podría haberse salvado.

Mi labio comenzó a temblar, apreté mis puños teniendo mi respiración agitada.

—Eres un monstruo igual que yo, hijo... — pronunció con una sonrisa ladina— y no podrás huir del destino que te toca.

—¡Maldito hijo de puta! — grité con todas mis fuerzas hasta que abrí nuevamente mis ojos encontrandome con un techo blanco.

Mi respiración se encontraba errática, mire a todos lados pero mi vista se mantenía borrosa y un pitido agudo aturdia mis pensamientos.

En ese instante alguien entró a la habitación en donde estaba pero no podía ver bien el rostro de aquella persona, solo podía distinguir que estaba todo de negro con una gorra y cubrebocas encima.

—¿D-donde estoy? — pregunté mirando a esa persona que se mantenía callada y hacia algunas cosas que no entendía y no me importaba, el dolor de mi pierna hacia que me quejara a lo bajo.

VIRUS; Kookmin. COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora