La Muerte También Puede Amar

Accidente

Capítulo 61

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Mortem necesitaba un descanso de todo esto, de Lyn, de Chloe, de la vida; el bosque, su santuario, le recordaba a cada segundo a Lyn, su apartamento, su lugar seguro ahora estaba invadido por Chloe, pero aún tenía un refugio libre, un viejo bar.

Era menos de medio día así que el lugar estaba vacío, pidió un trago de lo más fuerte y se sentó en un rincón, a ratos se quedaba observando su vaso a la mitad pensando en que debería hacer a continuación ¿esto era todo? ¿no había nada más?, se dice que aunque mueras el mundo sigue girando, pero el mundo de Mortem se apagó desde que Lyn murió, pensó que después de mucho tiempo las cosas estaban mejorando, pero ahora todo parecía gris, no sabía si las cosas estaban bien, mal o peor, pero tampoco le importaba, solo quería alejarse de todo, de todos.

Unos cuantos tragos después se fue, un tanto mareado fue a buscar su auto, no sabía a dónde ir simplemente quería irse, lejos, ver nuevos caminos, nuevos atardeceres para intentar crear nuevos recuerdos que no lastimarán su corazón.

Condujo por la ciudad por mucho tiempo, no sabía cuanto, por calles que no conocía viendo a personas que jamás había visto, por fin podía respirar y sintió como si liberara un gran peso de su pecho, por el momento estaba bien, parecía que esta era la calma después de la tormenta, la tormenta que había cargado en él por mucho tiempo.

Pero su calma fue interrumpida por un fuerte golpe, no supo lo que había pasado, solo sintió como su auto se volcó dando varias vueltas; una vez que el auto se detuvo como pudo salió del auto, todo su cuerpo dolía, dolía demasiado, completamente aturdido miro a su alrededor, su auto estaba completamente destrozado, realmente le gustaba su auto y ahora no quedaba nada de el, pero no le importaba, miro otro auto que también estaba deshecho, tal vez había sido su culpa, estaba tan perdido en sus pensamientos que no miro aquel auto, pero tampoco le importaba, el otro conductor estaba bien, las sirenas de las patrullas y ambulancias se oían a lo lejos, miro nuevamente su auto hecho trizas >>Debí haber muerto<< pensó, lamentablemente para él, no podía morir, no le importaba si moría, incluso parecía preferible, duele que la muerte sea eterna, pero también duele la vida.

Se sentó al lado de lo que quedaba de su auto, no tenía la fuerza suficiente para hacer algo más, solo cerró sus ojos y descanso. La policía y los paramédicos llegaron, se acercaron a él y le hicieron preguntas las cuales no respondió, sabía las respuestas pero no tenía ganas de hablar; buscaron en sus bolsillos alguna identificación pero no encontraron nada, todos pensaban que estaba en shock pero él estaba perfectamente consiente de todo.

Subió a la ambulancia y se quedó dormido, cuando despertó estaba en una sala de emergencias rodeado de doctores y enfermeras, fue hasta ese momento que se dio cuenta de todas las heridas que tenía, algunos raspones en su cuerpo, moretones en el torso y un brazo roto, solo había sentido dolor, pero no sabía de dónde venía, ahora no le dolía nada, por lo menos el medicamento había estado haciendo efecto.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó un doctor

—Erlik...

—Bien, Erlik, yo soy el doctor Smith, tuviste un accidente en auto, pero estás bien, te hemos administrado algo de medicamento y...

—Lo se...

—¿Lo sabes?

—Si, estoy bien, tengo que regresar a casa

—Tranquilo, te daremos de alta en cuanto mejores

—Mejorare pronto, mis heridas sanan en cuestión de horas, tengo que irme...—intento levantarse

—Tranquilo —lo detuvo—, claro que te irás, pero debes esperar un poco ¿quieres llamar a alguien? ¿Algún familiar, amigo?

—No

—¿Estás seguro? necesitarás a alguien que venga a recogerte

—Estaré bien, no tengo familia, ni amigos, sólo un gato pero dudo que sea se ayuda —bromeó

—Espera un poco más ¿si?

—Bien, solo algo más

—¿Qué pasa?

—El otro conductor...

—Está bien, no tiene heridas graves, puedes ir a verlo en cuanto te sientas mejor

Mortem se quedó en su camilla por algunas cuantas horas más, las enfermeras que entraban con él lo miraban de una forma extraña.

Todos en la sala de emergencia hablaban del chico que había sobrevivido a un grave accidente, debía haber muerto, pero ahí estaba, con ligeros rasguños y un brazo roto, desesperado por irse a casa.

Algunas horas después lo dieron de alta, se acercó a él otro conductor y conversó con él

—Lamento mucho esto, yo pagaré la cuenta

—No te preocupes, ha sido mi culpa, no estaba prestando atención al camino, yo pagaré, no hay problema.

—Todos aquí hablan de ti, sobreviviste milagrosamente, y tu auto...bueno, lamento lo de tu auto

—No se si sea mala o buena suerte, no te preocupes por el auto, puedo comprar uno después, tengo que irme, que te mejores.

—Que te mejores chico.

Se acercó a la caja y pago, todos lo miraban al salir, parecía irreal.

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Llegó a su apartamento y se recostó en el sofá, Dai corrió hacia él y se acurrucó a su lado.

—Hola amigo, yo también te extrañe, se que es tarde, pero ya volví, te lo prometí, siempre voy a volver —lo acaricio con su brazo libre— ¿quieres algo especial para cenar?, mi brazo es inútil así que comeremos comida congelada, solo será por unos días..

En ese momento alguien llamó a su puerta

—¿Erlik? soy Chloe ¿estás en casa?... —Mortem se miró, estaba lleno de heridas, no iba a abrirle a Chloe, guardo silencio y espero a que se fuera.

Solo tenía que evitarla durante algunos días hasta que su aspecto mejorara, debería ser fácil, debería...

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