La Muerte También Puede Amar

Calidez

Capítulo 13

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"La muerte solo tiene importancia en la medida que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida" André Malraux
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Hace dos meses que Lyn y Mortem se conocieron por primera vez, dos meses acompañándose el uno al otro, a este punto ya había más confianza entre ambos y habían entablado una amistad bastante peculiar.

La ciudad en donde vivían estaba cerca de las montañas por lo cual casi siempre el clima era fresco, pero hoy era uno de esos extraños días calurosos.

Antes de llegar al bosque Lyn pasó por una tienda y compró dos paletas de hielo.

Cerca de la entrada del bosque estaba Mortem, Lyn se acercó a él y le dio una de las paletas.

—Cómela antes de que se derrita

Sin pensarlo mucho Mortem abrió el empaque y mordió la paleta.

—¡Mierda!¡Frió, frío , frío!

Lyn soltó una carcajada

—¿Estás intentando matarme? Por que si es así te aviso que no se puede matar a la muerte

—¿Acaso nunca has comido una paleta de hielo?

—...No...

—Vaya...que triste...por cierto, ¿no se supone que no sientes nada?

—Mi cuerpo es humano, siente temperaturas y texturas, puedo distinguir olores, sabores, mi cuerpo puede sentir pero mi mente no procesa del todo ciertas emociones como el dolor

—¿Cómo es eso posible?

—Bueno es por que no tengo alma.

—Una vez leí una historia que decía que la muerte fue alguien que hizo un pacto con el diablo, quiso engañarlo y como castigo el diablo le quito su alma pero dejó que su cuerpo permaneciera en la tierra, lanzó una maldición sobre él "Alma ausente y cuerpo presente, en el mundo por siempre permanece"; aunque esa persona estaba viva no podía sentir nada, quería morir pero no podía hacerlo, el diablo le dijo que si encontraba su alma él lo perdonaría y que podría vivir o morir, estuvo presente en cada muerte, incluso se volvió una asesino, buscó su alma por todo el mundo...jamás la encontró...el diablo lo engañó, él tenía su alma. Al final se rindió, el diablo le dijo que como castigo viviría eternamente sin poder sentir, lo convirtió en la parca y le dijo que si algún día encontraba su alma podría ser libre

—Parece una historia trágica...

—¿Tú...cómo...?

—No lo se, no lo recuerdo, para ser sincero hay muchas cosas que ya no recuerdo, supongo que existir desde él inicio de los tiempos afecta mi memoria.

—Deberías de escribir un diario.

—¿Un diario?

—Si, no tienes que escribirlo todo, sólo lo más importante, las cosas más memorables o lo que te gustaría recordar.

—¿Olvidas que no tengo sentimientos?

—No es cuestión de sentimientos...dime ¿Cuál ha sido la muerte más horrorosa y cuál ha sido la más hermosa?¿Ha habido alguna que te haya hecho gracia o alguna que no hayas podido entender?

—Para saber eso necesitaría revisar muchos registros.

—A eso me refiero, busca un punto de inicio, por ejemplo, ahora estoy por enseñarte cómo se come una paleta de hielo, puedes empezar por eso, así cuando alguien te vuelva a dar una paleta podrás recordar más fácilmente como comerla.