Querida e inesperda muerte

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Capítulo 50

Lyn corría por el bosque mientras tomaba la mano de Mortem

—¿Por qué la prisa? —dijo mientras jadeaba

—No viviré el tiempo suficiente como para retrasar el que podría ser el mejor día de mi vida

—En ese caso deberías tomártelo con calma y disfrutarlo más, tal vez podría ser el último.

—Si le damos tiempo al tiempo pasará antes de que nos demos cuenta.

Ambos se sentaron bajo el gran roble y comieron en silencio, no cambiaron para nada su habitual rutina.

—¿Se supone que este sea el mejor día de tu vida?

—Si...

—¿Así, bajo un árbol en completo silencio simplemente esperando a que anochezca?

—Todos los días pueden ser el mejor día de tu vida, no hace falta que sea especial, tal vez sea un día común, tal vez estés siguiendo tu rutina o incluso parezca un mal día pero, hay pequeñas cosas que pueden hacer de un mal día, el mejor día de tu vida.

—Parece aburrido

—¿Cuál es el mejor día de tu vida?

—No lo se —se quedó pensativo por un momento—, supongo que el día que conseguí una amiga, no recuerdo cuando o como sucedió, simplemente paso.

—A eso me refiero.

—¿Realmente este es el mejor día de tu vida?

—Si quisiera podría decir que si, pero creo que el mejor día de mi vida fue la primera vez que te invite a venir aquí, estaba asustada y me parecía una terrible idea invitar a un desconocido al bosque, pero mira en donde acabamos. No sabía que ese sería el mejor día de mi vida y si me lo hubieran dicho no me la habría creído. Nadie te advierte de nada, a veces las cosas simplemente pasan porque así tienen que pasar, el mejor día de tu vida llega y no te das cuenta, no tiene que tener sentido, en algún momento te darás cuenta de ello.

—A veces las mejores cosas llegan cuando menos te las esperas.

—Concuerdo contigo mi querida e inesperada muerte.

Corrieron y jugaron en el bosque hasta que el ocaso se comenzó a divisar en el oeste.

—Si me hubieran dicho que terminaría siendo el juguete de una humana, hubiera preferido volver al limbo, ¿qué nunca te cansas? —dijo mientras se dejaba caer sobre el césped

—Estoy agotada, pero estoy feliz. Si a mi me hubieran dicho que de tenerte miedo terminarías siendo la persona a la que más cariño y confianza le tengo, nunca hubiera dudado en traerte aquí —imito la acción de Mortem.

—Te quiero ¿lo sabes? —tomó su mano

—De alguna manera, aunque no esperaba que me lo dijeras

—¿Confías en mi?

—Estoy dejando mi vida en manos de la muerte, claro que confío en ti.

—Entender mis sentimientos es complicado

—No eres el único, a veces nosotras tampoco entendemos lo que sentimos, si lo hiciéramos todo sería más fácil y no habría tantos problemas.No entiendo como es que de pronto comenzaste a sentir pero tal vez sea algo bueno.

—Siempre le encuentras el lado bueno a todo, por eso te quiero, aunque a veces seas insoportable.

—Yo también te quiero —lo abrazo fuertemente— , aunque seas un tonto —Mortem le devolvió el abrazo y le dio un beso en la frente

La Muerte También Puede Amar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora