Alcanzar el arcoíris

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Capítulo 47

Aún no amanecía cuando Lyn despertó, una ligera y apenas audible llovizna caía, el alba comenzaba a divisarse en el este.Mortem despertó un poco después.

—Buenos días —dijo Lyn cuando sus miradas se cruzaron, esos ojos oscuros que antes parecían vacíos...ahora tenían un brillo especial, tenía una mirada profunda y vivaz, tan diferente a cómo era cuando se conocieron—¿Dormiste bien?

—Si, ¿qué tal tu? ¿Llevas mucho tiempo despierta?

—Dormí bien, también acabo de despertar, el amanecer está llegando, debemos irnos pronto.

Poco a poco el sol se fue levantando dejando una vista hermosa de tonos rojizos que escapaban entre las nubes, la lluvia seguía, un hermoso arcoíris se formó en medio del bosque, Lyn extendió su mano en su dirección, como si lo estuviera tocando.

—Por cosas cómo está es que me gusta aquí, la tierra es linda.

—Lamentablemente nosotros los humanos le quitamos lo lindo poco a poco. Ni siquiera nos detenemos a ver el amanecer, el rocío de la mañana o un simple arcoíris, no merecemos nada de esto.

—Tal vez no lo merezcan, pero lo tienen, hay más personas allá afuera, como tú, que se detienen a ver la belleza en las cosas pequeñas y cotidianas,personas que no anhelan más que ver la belleza de un nuevo amanecer.Comparten sin ambición un hermoso cielo que es diferente cada día.

—Cuando era pequeña mi padre me contó una historia sobre un niño que consiguió su propio arcoíris, yo también quería mi propio arcoíris, él me dijo que no podía tenerlo porque las cosas hermosas estaban hechas para que todos las disfrutáramos, sería egoísta tener mi propio arcoíris, me entristeció pero parecía justo.Un día fuimos a el pueblo en donde vivía mi padre, había un gran bosque y un arcoíris que se asomaba entre las copas de los árboles, corrí hasta el árbol mas cercano al arcoíris, subí al árbol y cuando llegue arriba el arcoíris se miraba aún más lejano, corrí entre el bosque y trepé árbol tras árbol tratando de alcanzar el arcoíris, subí al árbol más alto en todo el bosque, pensé que ahí podría alcanzarlo, no lo logré, me resbalé y caí al suelo, sólo quería poder tocar el arcoíris ¿por qué era tan difícil?. Al final me rendí, no pude tener mi arcoíris pero aprendí que algunas cosas son más hermosas de lejos.

—Recuerdo eso...casi mueres ese día

—¿Lo recuerdas?

—Te lo dije, yo siempre estoy cerca aunque no me notes —dijo mientras se levantaba y le ofrecía su mano a Lyn—Vamos.

—Vamos a casa —dijo al tomar su mano

—No, aún no, iremos a perseguir el arcoíris, tal vez nos lleve toda la eternidad pero lo alcanzaremos y podrás tocarlo.

—Es imposible

—No lo es.

Treparon a un árbol, el arcoíris se miraba tan lejano.

—Te lo dije, es imposible.

—Claro que no, es cuestión de perspectiva, estira tu mano —Lyn estiró su mano hace el cielo y él hizo lo mismo.

—¿Qué hay con esto?

—Tal vez no lo mires pero estás tocando el arcoíris, tócalo, es tuyo, tal vez no puedas alcanzarlo, pero es tuyo, cada amanecer, cada atardecer, cada estrella y cada arcoíris que te detengas a ver será tuyo

Lyn le sonrío con ternura, tomo su mano y entrelazaron sus dedos

—Son nuestros, no sólo míos, tuyos también. Gracias por esto, acabas de cumplir mi sueño de la infancia.

La Muerte También Puede Amar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora