Sin arrepentimientos

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Capítulo 76

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☠︎ Mortem ☠︎.

No sabía que hora era, jugábamos y reíamos en la espesura del bosque bajo la luz de la luna y el cuidado de la estrellas, no me sentía cansado y por lo visto ella tampoco, se veía tan feliz y eso me hacía sentir bien.

Nuestros juegos cesaron y nos dejamos caer exhaustos sobre el césped, nuestra risa fue sustituida por jadeos, pero nada iba a quitarnos esa sensación tan única de extasis, de felicidad absoluta.

Miré a mi alrededor y me di cuenta de que tenía todo lo que quería, todo lo que me hacía feliz, lo tenía todo y me asusté.

Lo tenía todo pero se sentía irreal, como si fuera a desaparecer en cualquier segundo, como si solo fuera un sueño, aunque sinceramente me asustaba más el hecho de que fuera real, pues sabía que en cualquier momento terminaría, todo se acabaría y volvería a quedarme destrozado.

Me recargue en el gran roble y admire la belleza de mi compañera a la luz de la luna, quisiera poder quedarme en este momento para siempre, quisiera jamás poder abandonar este lugar.

—Siempre me pregunto que es lo que piensas cuando me miras así

—Ahora mismo pienso en lo mucho que me hacías falta y lo feliz que estoy de tenerte de vuelta. Y también pienso en que deberíamos descansar.

—Pero aún me queda mucha energía, hay muchas cosas que quiero hacer, quiero que este día no acabe nunca.

—Hemos jugado como niños pequeños todo el día, no puedo más

—Eres un anciano

—¿Cómo puedes tener tanta energía?

—¿Cómo puedes tu no tenerla?

—La tendría si me dejarás descansar por cinco minutos, es agotador estar contigo.

—Pero te encanta estar conmigo —respondió dejándose caer sobre mi regazo

—¿Que te hace pensar eso?

—Haces cosas que no te gustan o te parecen ridículas solo por mi...

—¿Eso es todo? No creo que sea suficiente

—¡Oh vamos! es más que suficiente, me adoras ¡admítelo! —parece una niña pequeña

Se que lo dice en parte broma pero, realmente la adoro, la amo.

—¿Si lo admito podremos descansar?

—Tal vez

—¿Tal vez?

—Solo si eres convincente.

—Creí que confiabas en mi

—Lo hago, pero en esta ocasión debo sentir que lo dices en serio y que no sólo lo dices por complacerme.

—No creo que te moleste ser complacida

—Eso es otro tema, entonces....¿seguimos jugando?

Nege con la cabeza, levante mi rostro y la miré fijamente, no podía creer que realmente iba a hacer esto.

—Lyn, mi querida, dulce y hermosa Lyn, me gusta tanto pasar tiempo contigo —aunque le di un tono sarcástico realmente era cierto—, si, te adoro, te quiero —por un segundo me perdí en sus brillantes y hermosos ojos—...te amo...

La Muerte También Puede Amar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora