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Mark estaba derrumbado en el suelo del baño, derrumbándose entre fuertes sollozos después de vomitar. Su mente y su estómago estaban revueltos y eran un desastre asqueroso, no sabía qué hacer consigo mismo.
Estaba fastidiado, cansado de que sus padres le pusieran dietas extremas para que tuviera una buena imagen y no estuviera demasiado "gordo", estaba harto de todos los días escuchar insultos de parte de su familia sobre su peso, aún cuando solía aguantarse muchas hambres y saltarse comidas.

Él era un chico delgado y su cuerpo estaba muy bien conforme a su edad, pero desarrolló unos problemas alimenticios gracias a la imagen impecable que sus papás debían "cuidar" a costa de su hijo, sin importar su bienestar, sólo lo querían a ojos del público.

Su mamá y papá ni le prestaban atención, jamás recibió el apoyo ni el cariño de ninguno de ellos, siempre lo habían presionado excesivamente, al punto de temblar por todo y ser un miedoso exagerado.

Un día conoció a un chico que le recomendó que cuando se sintiera triste y sin ningún alivio, escribiera lo que piensa, eso le sirvió demasiado ya que cuando empezó a escribir canciones sintió como su mente se relajaba, la calma en su corazón era como un mar calmado, sólo pensaba en palabras bonitas y en melodías, la música fue como un refugio para él.

Y tenía un concepto muy importante para él sobre el amor, expresando cada deseo impulsivo y que se guardaba porque le parecía imposible llegar a enamorarse de alguien.

O lo peor, que nadie lo quisiera.

Su padre entró al baño donde él estaba hundido.
— ¿De nuevo lo hiciste verdad?—Rodó los ojos y se hincó de cuclillas a lado de Mark para luego poner su dedo índice en su frente y con un fuerte impulso hizo que su cabeza se fuera hacia atrás y saliera del retrete. — Eres un maldito inútil que lo único que sabe hacer es comer y vomitar, ¿no puedes solamente dejar de comer? es obvio que no, aún así eres un maldito glotón.

Mark sentía como esas palabras se marcaban para siempre en su sensible alma y no había manera de dejar de pensar en ellas el resto de los días, solamente se dedicó a llorar y a aguantar los demás insultos de su padre, no sabía como su propio papá podía hacerle esto, solamente eran apariencias las que guardaba para su hijo.

Sólo esperaba que tan siquiera algún día viniera su mamá a reprender a su padre, le diera un abrazo y le dijera que todo estaría bien pero era imposible ya que ellq siempre estaba de acuerdo con su papá y eso era terriblemente doloroso.

Mark siempre se sintió abandonado, pero aún así no abandonaba la esperanza de que algún día un rayito de sol apareciera en su vida y lo alejara de todos sus terrores mundanos.

johnmark - two facedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora