— ¿Y tú crees que en realidad sí te estaban siguiendo? —Preguntó poniendo atención al menor con mucha delicadeza.
— Podría haber estado ebrio pero te juro por mi vida que lo sentí, al final esa persona me gritó "¡Bebé!" no recuerdo su voz pero sí el grito, sentía que el corazón se me iba a salir... en serio. —abultó sus labios aún con un semblante nervioso de recordar aquella escena.
— Dios mío, me hubieras llamado y hubiera ido por ti, sabes que puedes confiar plenamente en mí, iré rápido a donde quiera que me necesites.
— No te preocupes, Ten, ya has hecho muchas cosas por mi. —sus mejillas se coloraron y bajó su rostro de vergüenza.
— No es nada, y al final... ¿alguien te ayudó? —de nuevo le llamó la atención al canadiense para que le hiciera caso.
— Sip, al final choqué con un amigo y él me ayudó a tranquilizarme.
— Qué bien, ¿sabes? vamos a animarnos un poco, te invito a tomar un helado y vamos a un parque de diversiones ¿te parece?
— Sí, sí, sí quiero. —asintió para ponerse de pie en un brinco. De verdad adoraba pasar tiempo con el tailandés, era tan relajante.
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Después de tomar helado y disfrutar de su compañía con miraditas lindas, decidieron ir al parque a marearse hasta vomitar todo.
Por alguna razón Mark de nuevo se sentía presionado por unos ojos intensos pero no dijo nada porque no quería incomodar a su mayor y arruinar todo el plan lindo que estaban teniendo.
Fueron a varios juegos hasta que llegaron a un puesto donde si pinchabas un globo con una flecha podías ganar grandes y bonitos premios. Eso le emocionaba mucho Mark, como un niño pequeño.
Llegaron al puesto y el señor amablemente le pasó las flechas a Ten para que empezara él primero a tirar.
— Oh, ¿Tú de nuevo muchachito? —El señor alegremente reconoció a Mark, recordó cuando vino a jugar el mismo juego con John y el señor lo recordó por lo chiflado que estaba y porque el chico altote había ganado tantas veces en busca de complacer al canadiense con peluches.
— Pensé que no me reconocería. —Mark sonó tímido mientras le hacía una reverencia al viejito en frente de él, dándole las flechas que le tocaban en su turno.
— Claro, me dijiste que te llamabas Mark ¿verdad? —El mencionado asintió.
— Viniste con otro muchacho más alto que tú, no recuerdo su nombre... mhm... ¿Joe? ¿John? ¡Johnny! —tronó sus dedos sorprendido por memorizar el nombre correcto.
En el momento preciso de la última palabra, Ten dejó caer la flecha que traía entre sus dedos y su semblante estaba neutro y tan rígido, como congelado, como si algo hubiera parado en seco su respiración, la cual retenía levemente.
— ¿Qué pasó? —Mark se acercó con preocupación, tocando sus brazos y tratando de moverlo.
— ¿Johnny? ¿Dijiste Johnny? ¿Johnny Suh? —no tenía porqué preguntar eso pero... tenía esa incertidumbre rozando como un cuchillo en su piel, ardiendo y rogando para que no se tratara de un americano el cual él conocía perfectamente bien.
— Mmh... ¿sí? ¿Por qué? ¿Lo conoces? —le dio algo de calor en sus brazos para que reaccionara, él pensó que tal vez su mayor conocía a su amigo también porque se supo hasta su apellido.
— ¡No! No, claro que no ¿cómo podría conocer a alguien que es tu amigo? —su voz se tambaleó al igual que su cuerpo que lo sentía helado, torturando sus labios por la ansiedad en su estómago, así que sólo pudo soltar una risa nerviosa y negó.
Mark tomó las flechas ya que era su turno, y las empezó a lanzar en contra de los globos para pincharlos.
— ¿Johnny es el amigo del cual siempre hablas? —Mark asintió mientras tiraba la primera flecha en dirección recta, aunque la falló.
— No es por nada pero se me hace un poco raro ese amigo tuyo, es mejor alejarse. Digo... mejor olvida esta mierda, no sé lo que digo.
Mark sintió la incomodidad de Ten sobre ese tema hasta en la espalda como un escalofrío, así que se esforzó para no fallar los demás intentos y se ganó un peluche. Se acercó al tailandés para entregárselo.
— Me estoy divirtiendo mucho pero creo que debemos irnos, de nuevo siento que alguien me está observando y no me siento bien.
Dijo eso en un pequeño susurro y le dio el peluche para que nadie se diera cuenta de que murmuraban sobre algo más y se pegó a su brazo.
— No te preocupes, vámonos, mientras esté aquí contigo no dejaré que nada ni nadie te haga daño.
Ten mostró de esas sonrisas que transmitían seguridad y Mark sintió su estómago temblar de lo calentito que se sentía su corazón, sabía que con él todo estaría bien.
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johnmark - two faced
Mystery / Thriller- ¿Qué pasó cariño? ¿Ya no te parezco lindo? 🔞 Mantener discreción. Lenguaje no apto para personas sensibles.