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Sólo alcanzó a ver desde su ventana cómo el carro de sus padres salía del área de su casa, enseguida fue corriendo a buscar a la ama de llaves, no estaba absolutamente enterado de nada y le entristecía el simple hecho.

— Señora Bae ¿sabe a donde fueron mis padres? No me avisaron.

Se notó su desánimo, sus papás jamás le hablaban, no si fuera para algo sumamente importante.

— Oh, Markie, ellos fueron a una importante reunión en la empresa, fue una emergencia, pero me dijeron que le haga su comida del día, está en el comedor ya puede bajar.

— No tengo hambre, no voy a comer pero gracias. —Dijo eso y se encerró en su cuarto, no sin antes hacerle una reverencia por su preocupación.

Ya escondido en su cuarto, sabiendo que estaba solo, pudo encontrar un poco de consuelo en un libreto, el cual era como su diario.

Al final, es una escena que me recuerda mi anhelo por ti, sentí que era un sonido familiar, sigo esperando que no sea un sueño...
—seguía repitiendo esa parte tratando de que se le ocurriera otra frase para completar la canción, estaba tarareando la melodía que estaba componiendo, eso lo relajaba.

— Y cada vez tu melodía se dispersa entre las personas que pasan... —Justo en ese momento sonó su celular mostrando que tenía una llamada de su amigo Jaemin.

— ¿Sí? —Contestó mientras seguía mirando vagamente la hoja entre la yema de sus dedos.

— Vayamos juntos a clase, paso por ti en 20 minutos —Ni siquiera esperó la respuesta de su amigo y colgó.

Mark guardó sus cosas y puso todo en orden ya que faltaba poco para que llegara su amigo y fueran a la universidad. Estaban a punto de graduarse y para eso necesitaban un buen promedio y algo de esfuerzo.

Se escuchó llegar un carro, Mark bajó rápidamente las escaleras hasta llegar a la puerta principal, le explicó a la Señora Bae que llegaría tarde ya que se quedaría estudiando en la biblioteca y se fue junto a Jaemin.

Cuando llegó al instituto, Jaemin bajó del carro y se adelantó ya que tenía que verse con otros amigos, preocupándose poco por su mayor. Mark bajó del carro al último y de nuevo se sintió observado, incluso fue a la azotea y se sintió igual, eran varios días que ya se había sentido así... No importaba la hora, el día o lo que estuviera haciendo, podía sentir la vibra de que algo andaba mal.

Ni siquiera prestó atención en sus clases por sentir esa misma sensación recorrer su espalda. No estuvo ningún segundo cómodo en la escuela, sólo esperaba salir de ahí ya.

El sol estaba abandonando su potencia en color, el atardecer se veía muy lindo desde la biblioteca. El lugar al que se adentraba sin intenciones de estudiar.

—  Cómo aquella vez... tú y yo nos volvemos a enfrentar. —Sacó rápidamente su libreta y escribió eso porque se le había ocurrido justo en clase. — Porque sólo quiero ser amado...

— Creo que todos. —Mark volteó asustado por una grave voz a sus espaldas, un desconocido le había contestado el pensamiento que mencionó en voz alta.

— ¿Quién eres?

La sonrisita de lado lo asustó.

johnmark - two facedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora