7. Calma total

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Nos acercamos a los chicos, Jj, Sarah y yo, mientras Jj y yo seguíamos discutiendo.

—¿Qué les pasa ahora? —preguntó Pope, visiblemente cansado de nuestras constantes peleas.

—Jj y yo nos peleamos de nuevo —dije, como si fuera algo habitual.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Kie, intrigada.

—Pero tú ganaste, ¿verdad? —me preguntó Pope, inclinándose hacia el lado del humor.

—No, yo gané esta vez —interrumpió Jj a mi lado, con una sonrisa orgullosa.

—No, no lo hiciste —dijo Sarah, desde el otro lado.

—Bueno, está bien, no gané, pero estuve cerca —dijo Jj, intentando salvar un poco de dignidad.

—Los estuve viendo, no estuviste ni cerca —respondió Sarah, con una risa burlona.

—¿Cómo empezó todo? —preguntó Jhon B, ya acostumbrado a nuestras disputas.

—Sophia me abofeteó cuando no estaba mirando —dijo Jj, encogiéndose de hombros.

—Me estabas viendo fijo —respondí, justificando mi acción, y él asintió, como si eso lo hiciera aún más lógico.

—Sí, lo vi venir —admitió Jj.

—Por favor, dime que no lloraste —dijo Pope, claramente disfrutando de la situación. Kie lo miró, divertida.

—Definitivamente lloró —sentenció Kie.

—Sí, lloró tanto que fue ridículo —añadió Sarah, dándole una palmadita en el hombro a Jj.

—Lo hice, pero solo porque ella y sus otros amigos se vinieron sobre mí —intentó justificarse Jj.

—Era solo yo —respondí, levantando una ceja.

—Sí, fue uno contra uno —dijo él, asintiendo como si eso lo hiciera más épico.

—Ambos van a tener que pelear contra mí si no dejan de pelearse entre ustedes —advirtió Pope, con paciencia agotada.

—Perdón, Pope —dijo Jj rápidamente.

—Sí, perdón, nos detendremos —le dije yo. Pope y los demás se alejaron, volviendo al trabajo.

Kie nos mostró una hoja con un dibujo detallado. Era un esquema del pozo, la cuerda y el plan para sacar el resto del oro.

—Son 15 metros hacia abajo, y con una cuerda de 30 metros. Supongo que este vagoncito irá... —dijo Kie, señalando el dibujo mientras Sarah reía.

—¿Quién dibujó esto? —preguntó Sarah, divertida por la calidad del boceto.

—¿Quién creen? —respondió Kie, mirándonos a todos con una sonrisa cómplice. Todos dirigimos la mirada a Pope, que en ese momento no estaba cerca.

Justo en ese momento, Jj regresó, llevando un lingote de oro.

—Soph, más vale que esto funcione —dijo, dejando el lingote en el suelo—. No podemos empeñarlo si tiene un símbolo de trigo —añadió, refiriéndose al sello que identificaba el oro.

Tomé un soplete y lo miré con determinación.

—Va a funcionar —le aseguré, mientras comenzábamos a prepararnos para el próximo paso de nuestro plan.

• • •

Llegamos a la casa de empeño y bajamos del auto. La tensión era evidente, aunque intentábamos actuar con normalidad.

golden girl | rafe cameron & jj maybankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora