golden girl | rafe cameron & jj maybank

2. La brújula de la suerte

Estábamos en el Château al día siguiente. Jhon B y JJ habían ido hasta la casa de Scooter, el dueño del bote, a hablar con Lana, su esposa, para saber si sabía algo sobre la brújula, pero no salió como esperaban.

—Y luego, estábamos afuera así, y solo escuchábamos, ¡pum! ¡pum! ¡pum! —dijo JJ imitando lo que hacían. —Le quitaron la pintura a la pared desde adentro. ¿De acuerdo? Y lo miro como... Espera, primero, miren esta mierda. Miren —dijo mientras se acercaba a nosotros y se sacudía el cabello, dejándonos ver pedazos de pintura seca caer.

—Bueno, gracias —le dijo Pope, quitándolo del medio.

—¿Vieron eso? Es pintura. En ese momento estaba... esperaba la muerte.

Todos lo miramos, sabiendo que estaba exagerando.

—De acuerdo, entonces, viste a los tipos que nos dispararon, ¿no? —le preguntó Pope.

—Sí.

—¿Puedes describirlos bien? ¿Cómo eran?

—Todo es útil —dijo Kie mientras JJ caminaba de un lado al otro—. ¿Algo para que podamos hacer una denuncia?

JJ se dio la vuelta y nos miró.

—Fornidos.

Lo miré.

—¿Fornidos?

—Sí, como...

—No es de mucha ayuda —dije.

—De acuerdo, no, como el tipo de hombre en el garaje de mi papá. Saben que escondió carga para traficantes de droga —nos dijo JJ.

—Sí, lo sabemos —le dijo Kie, cansada.

—Les digo, estos chicos, estos asesinos... —JJ se colocó contra la pared y prendió un cigarro—. ...son traficantes.

—¿Traficantes como narcotraficantes? ¿Como Pablo Escobar? —le preguntó Pope.

—Sí. Soph, quizá tu papá los conozca —dijo JJ.

—Chicos, no todo es una película con un capo —les dijo Kiara.

—Bien, ¿cómo se ve un traficante específicamente? —continuó Pope.

—Tú no estabas.

—¡Porque parece que no sabes qué buscar!

—¡No tomé polaroids mentales todo el tiempo! Estaba bajo presión, ¿sí? Pero te digo que, por como gritaba la Sra. Lana, estos tipos dan mucho, mucho miedo. Es una vibra pesada, no me gusta esto —terminó JJ.

—¿Por qué querrían la brújula? —pregunté.

—Es una porquería, no la empeñarías ni por cinco dólares —me dijo Pope para luego mirar a Jhon B—. No te ofendas, sé que es de tu familia.

—La oficina —dijo Jhon B por primera vez desde que llegamos, luego de observar la brújula unos segundos.

—¿Qué?

—La oficina de mi papá. Mantenía la oficina cerrada porque le preocupaba que le robaran la investigación del Royal Merchant —nos dijo mientras entraba a la casa y nosotros lo seguíamos—. Siempre nos reíamos de él, como si fuera a encontrarlo, pero ahora que no está, yo... —Llegamos a la puerta de la oficina—. ...la mantuve como estaba.

—Sí, para cuando regrese —dijo Kie, asintiendo mientras nos miraba y nosotros a ella.

Jhon B abrió la puerta y entramos; vimos una oficina repleta de cosas y papeles por todas partes.