8. La cruz

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—Eso fue épico. ¿Vieron la cara de Kelce? —dijo Jhon B, riendo mientras hablábamos de lo que había sucedido la noche anterior. Se sentó frente a nosotros en el porche, aún emocionado.

—Bueno, hola, princesa —dijo Jj al ver a Sarah entrar.

—¿Qué tal? —se acercó, notoriamente incómoda, mientras todos la mirábamos.

—¿No deberías estar en Figure Eight con tus amigos polistas? —preguntó Jhon B, su tono desafiante. Sarah lo miró, y su expresión se endureció. —¿O rompiste con Topper? —continuó él.

—Solo somos amigos —respondió ella, tratando de mantener la calma.

—Un amigo. Tienes muchos amigos, Sarah Cameron —replicó Jhon B, y una tensión palpable se generó entre ellos.

—Sí, parece que tú no te quedas atrás —le respondió ella, y nos preparábamos para otra pelea verbal.

—Bien, ¿qué haces aquí? —preguntó Jhon B, cambiando de estrategia.

—Vine por Pope —dijo ella, mirando a Pope, quien la observaba con una mezcla de sorpresa y curiosidad.

—¿Por qué? —preguntó Pope, frunciendo el ceño.

—Encontré el cuarto de la isla —dijo, y todos nos reincorporamos al oírla. La miré, incrédula.

—¿Qué? —pregunté, sintiendo que el ambiente se cargaba de anticipación.

• • •

—Chicos, escuchen esto —dijo Pope a mi lado en la camioneta mientras leía del diario de Denmark—. El diario dice que la cruz tiene la reliquia más sagrada de la cristiandad, el manto del Salvador.

—¿Entonces dice que hay un manto sagrado dentro de la cruz? —preguntó Kie, frunciendo el ceño.

—Sí, dice que tiene el poder de curar a los enfermos —respondió Pope, entusiasmado.

—Sí, "si solo tocare su manto, seré salvo" —replicó Jj, y todos lo miramos.

—¿Qué? Fui a la escuela dominical —dijo él, sonriendo con una mezcla de orgullo y burla.

—Claro —dije, y volví a mirar a Pope

—Eso explica la desesperación de Limbrey. Cree que puede curarla. — Dijo él y nos miramos.

— ¿Qué más dice?

—"Muchos creen que pecamos por robar algo tan sagrado y que Dios nos vengará" —leyó Pope, y nos miramos, sintiendo el peso de sus palabras.

—La cosa es que Dios tuvo su venganza —dije, recordando la historia—. Envió un huracán y hundió el barco; solo sobrevivió Denmark.

Un silencio pesado cayó sobre nosotros mientras asimilábamos la magnitud de lo que habíamos descubierto. El resto del viaje transcurrió en pensamientos compartidos, cada uno de nosotros inmerso en lo que todo esto significaba, no solo para nosotros, sino para la historia de nuestra comunidad.

• • •

Llegamos a la casa de los Cameron y nos dirigimos al cuarto que nos había señalado.

—Este lugar me asusta —dijo Jhon B, mirando a su alrededor.

—Sí, a mí también —le respondió Jj, mientras entrábamos.

—Pope, mira —dijo Sarah, y todos fijamos la vista en las paredes. Debajo del papel tapiz, descubrimos pinturas que adornaban todo el cuarto.

—No puede ser real —dijo él, asombrado.

golden girl | rafe cameron & jj maybankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora