Capítulo 20

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Final #1

Posiblemente fue un error cambiar a Pogo de hospedador y aún más si el hospedador era él mismo, pero no podía dejar que Horacio muriera, eso no era, ni será una opción.

Y ahí estaba esa horrible sensación de nuevo, sentir como tu sangre hervía, como tu piel se erizaba y como tu mente pesaba más, dando paso a una laguna de pensamientos que se suponía ya no eran parte de él. Pogo estaba con él nuevamente.

Dio un largo suspiro, bajo la atenta mirada de los presentes, excepto de uno, de su pareja, quien se había desplomado siendo agarrado por el moreno. Seguramente se había desmayado gracias a que Pogo tenía el control del cuerpo del italiano cuando lo cambio de hospedador.

Si una palabra pudiera definir a Pogo, seria "parasito", si, eso era lo que mejor lo definía.

El de cresta lo miraba confundido, se masajeaba su cuello, donde marcas se empezaban a notarse gracias al agarre que casi lo mataba.

- José, llévate a Toni y espérame en el pasillo – el contrario obedeció su orden sin rechistar y salió de la habitación con el italiano en brazos, cerrando la puerta atrás suya.

- ¡¿Qué mierda fue eso?! ¡Él idiota casi me mata! – vociferó el de cresta con dificultad.

- Pero respiras, ¿no es así? – soltó otro suspiro – Escucha, esto tiene que acabar, Horacio, quiero ser feliz – aquellas palabras sosegaron al de cresta, definitivamente no se esperaba eso del mayor.

- Éramos felices, tu y yo y nadie más, Gustabo y Horacio, ¿qué acaso no soy suficiente?

- Lo eres Horacio, más que suficiente, pero yo ya no soy feliz aquí. Mi vida se acabó cuando estuve en el manicomio, fue horrible vivir eso, sólo y sin ti. Cuando salí creí que volvería a ver a mi familia y todo estaría bien de nuevo, pero no fue así. Tú me odiabas, Conway me tenía asco, supe que Volkov estuvo en coma por mi culpa y, por si fuera poco, me obligan a seguir trabajando para ellos, me querían tener amarrado como un perro. ¿Sabes cuantas veces intente suicidarme? Muchas, de todas las maneras posibles y ninguna resulto. Cuando fuimos a Marbella lo intente de nuevo, pero Toni me salvó y fue lo mejor que me ha pasado después de lo que pasó con Pogo. Horacio, estuve meses encerrado en una caravana porque tenía miedo de lastimarte, mi vida se resumía en autolesionarme, pastillas y horribles pensamientos, entre ellos la voz de Pogo.

- No sabía que pasabas por todo eso... – su voz se rompió – L-Lo siento... – ahí estaba el Horacio con el que había crecido.

- Tú no tienes la culpa y tampoco es que no seas suficiente, al contrario, a ti te debo mi vida entera, yo fui quien se alejó, quien te lastimó y de verdad lo siento, pero me alejé para que tú seas feliz y pensé que lo eras hasta ahora, sin querer te volví a lastimar – se acercó a él y lo tomó por los brazos – Horacio, por primera vez en mucho tiempo, soy feliz, déjame ser feliz, Toni me ha ayudado bastante y estoy bien con él, con él no tengo que fingir quien soy.

- ¿Y conmigo sí?

- Sabes a lo que me refiero, era feliz contigo, pero esos tiempos ya pasaron... Se acabó, ya no podemos estar tanto tiempo juntos sin pelearnos, ya no podemos parar de pensar en nuestro pasado.

- ¿Por qué no me contaste de nada?

- Sabes como soy, no me gusta hablar de mí, no sabía cómo decirte y no quería llenarte de mis problemas cuando tu tenías los tuyos, pero no es que fueras tú, simplemente no me gustaba hablar de mis problemas, era mejor quedarme callado, al menos eso pensaba hasta que lo conocí, gracias a él, sé cómo expresarme sin sentir vergüenza...

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