Déjame Ayudarte

Capítulo 14

Los segundos se volvían minutos y los minutos se volvían horas; mientras más tiempo transcurría más dolor sentía dentro de su pecho, más le abundaban las ganas de llorar y de gritar.

Cada minuto sin él era una tortura indescriptible para su ser y ni su mente, ni su corazón cooperaban con él.

Los hospitales nunca fueron, ni serán de su agrado, cada vez que estaba en uno la pasaba mal.

Sabía que el italiano era fuerte, lo sabía perfectamente, así que saldría bien de esta, lo que le tenía mal era su bienestar mental. Gracias a Pogo, él se despertará confundido sin saber cómo llego y todo por culpa suya.

Temía que Pogo lo destruyera como lo hizo con él.

También sentía la necesidad de estar con él, acompañarlo, estar a su lado para jamás irse; lo necesitaba a él y a nadie más. Es increíble como ese italiano invadió toda su mente y conquistó su corazón.

La sala de espera no tenía el mejor ambiente, lo que más resaltaba era el olor a muerte y no necesariamente de un cadáver en estado de descomposición. Gente iba y venía, algunas personas lloraban o estaban igual que él, pero él no lo notaba, más bien no le interesaba, estaba inmerso en sus pensamientos y encerrado en su burbuja.

Lo único que lo pudo sacar de sus pensamientos fue el llamado del doctor que ingreso a Toni a emergencias.

- Señor – llamo el doctor por tercera vez consecutiva logrando esta vez captar la atención del rubio – Su amigo ya está estable, nada grave, sufrió algunos cortes en sus brazos con algunos pedazos de vidrio aun incrustados, pero fueron sacados con éxito. Lo más preocupante fue el corte levemente profundo en un lateral de su frente, el cual ha sido tratado. El paciente aún se encuentra dormido, pero si lo desea, puede pasar a verlo – Culminó, marchándose del lugar sin esperar una respuesta del rubio, el cual no espero y fue corriendo a donde se supone que se encontraba su pareja.

Al entrar a la habitación el miedo lo abrumo, no fue por lo delicado que se veía el cuerpo del italiano en aquel lugar, ni las vendas cubriendo sus brazos o la gasa cubriendo la parte derecha de su frente, si no lo que provoco su miedo fue la posibilidad de que el rubio despertara siendo otra persona y no su pareja.

¿Qué haría?

[...]

Despertó de golpe, todo su cuerpo temblaba, se sentía cansado y la luz blanca que había en aquel lugar lo cegaba casi por completo. Cubrió sus ojos con sus manos, tallándolos sin piedad, pues los sentía que estaban tan pesados que parecía que no los podría abrir de nuevo.

Después de un buen rato, dejo de hacerlo y los abrió lentamente, observando por primera vez alrededor suyo, ¿Dónde carajo estaba?

No lo sabía, lo único que lo rodeaba era luz blanca, no podía asegurar que había paredes porque parecía que tal lugar era infinito, rodeado por nada y eso solo lo hacía sentirse inferior y débil, se sentía expuesto.

Se levantó del supuesto suelo, porque parecía que ni había, podría decir que estaba florando si no fuera porque siente como sus pies soportan su propio peso.

Giro sobre si buscando algún tipo de salida o manera de ver en donde se encontraba, pero no había nada, estaba solo.

Su vista empezó a nublarse, cerro sus ojos con fuerza y cubrió su rostro con las manos.

Ni siquiera sabe cuánto tiempo llevaba ahí.

De la nada sintió unos brazos rodeándolo en un abrazo y sintió una calidez que hace mucho que no sentía, la persona era un poco más robusta que él y a su nariz llego un aroma que reconoció al instante, era el perfume de su hermano, aquella colonia que tanto le gustaba oler, porque cada que lo hacía, sentía seguridad, su mundo regresar y su vida cobraba sentido.