Capítulo 27

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Final #3.2

- Toni... Y-Yo... – relamió sus labios – No puedo dejarte – soltó – Simplemente no puedo, quiero ir contigo, déjame ir contigo.

- Gustabo... Sabes que nada me haría más feliz que tu estuvieras conmigo – lo abrazo y sonrió mostrando sus dientes de felicidad verídica.

- Lo sé, no sabes lo feliz que me haces – sonrió contra sus labios y los beso.

Se tardaron más tiempo de lo debido y gracias a eso, pasó lo que no tenía que pasar.

Su burbuja se reventó gracias a que se empezaron a escuchar disparos afuera de la propiedad, un tiroteo había empezado.

- Mierda... Los demás – dijo Toni mientras tomaba su fusil de la manera correcta y se asomaba por una de las ventanas.

- ¡Toni! Cúbrete, saldrás herido.

- Gustabo, escóndete, es el puto FBI.

- ¿Horacio? – preguntó el rubio al aire, más no espero que una voz diferente a la de su pareja le respondiera.

- El mismo – Ahí estaba, el director del FBI con un arma pesada apuntando al italiano.

- Horacio... Por favor, escúchame...

- ¡Nada de escúchame, Gustabo! ¡Él mató a Viktor!

- Lo haya hecho o no ¿Qué tiene? Tú mataste a mi hermano – apunto de la misma manera al de cresta, en cambio, Gustabo dejo el arma en el suelo y levanto las manos, estaba en medio de ambos.

- Eres un malnacido, una escoria – escupió con asco.

- Anda que no soy diferente a ti – contraatacó.

- ¡Levanta las manos! ¡Quedas arrestado por el asesinato de un agente de la ley! – el mayor carcajeo.

- ¿Yo? En todo caso deberías de arrestar a los verdaderos culpables, yo no lo mate, no estuve involucrado. Tú sí que deberías estar en la cárcel por matar a un civil.

- Bajen el arma – pidió el más bajo, pero hicieron caso omiso – Horacio – rogó, el nombrado lo miró por un segundo, gracias a ese descuido, el italiano aprovechó la oportunidad y disparó, pero nunca llegó a su destino.

- ¡GUSTABO! – gritó el de cresta, que inmediatamente se inclinó a ayudar a su amigo, el cual se había atravesado y empezaba a desangrarse, le dio a la derecha de su torso.

El italiano se quedó petrificado, tanto que perdió el control en sí mismo.

- ¡Pogo lo siente! ¡Pogo no quería! – gritó con voz chillona, lo cual dejo muy descolocado al federal.

- ¿Qué mierda dices, gilipollas? ¡Acabas de dispararle a mi hermano! – observó como el rubio empezó a perder fuerzas, tocio y lentamente cerraba los ojos – Hey... No, no, no te duermas, por favor – El "italiano" observaba la escena con asco.

- ¡Tú fuiste! ¡Tú me hiciste disparar a Gustabo! – levantó su arma y apuntó.

- ¡Tú lo hiciste! Gus... – murmuró con la voz rota aun viéndolo a los ojos. Se le dificultaba respirar – Por favor – lloriqueo – Todo esto es tu culpa – estaba por levantarse y tomar su arma, pero antes de que apuntara...

Un disparo más resonó en esa casa, esta vez sí llegó a su destino, directo a la cabeza, el cuerpo del de cresta cayo a lado del rubio quien aún se estaba desangrando, pero para asegurar su muerte, dejo salir más balas del arma.

- ¡Perdón! –se acercó al rubio – ¡Pogo no quería! ¡Perdóname, Gustabo! – lagrimeo.

- Esta bien... – murmuró con las fuerzas que le quedaban – Es lo que yo quería, todo está b-bien – cerro los ojos lentamente –Toni está a salvo...

- ¡GUSTABO! – vociferó, pero eso no trajo de regreso a la vida al ojiazul, ya nunca más vería esos ojos que transmitían la paz, relajación y al mismo tiempo una tormenta en un océano.

Pogo golpeo y pataleo como si de un niño pequeño se tratase, hasta que escucho a más personas entrar a la propiedad, pero esos no eran ni uno de los integrantes de la familia.

La mafia había caído, el director del FBI también, pero eso no significaba que el FBI no hubiera ganado, vengaron a su compañero caído, ahora solo quedaba vengar al director, pero cuando entraron a la propiedad no encontraron nada, más que dos cadáveres, Horacio Pérez y Gustabo Garcia, otro agente federal, el cual no recuerdan haber visto, pero estaba en la base de datos.

Pogo salió por la parte trasera de la casa, consiguió escapar de los agentes y se emocionó aún más cuando llego a tiempo para abordar el barco.

Su nuevo recipiente estaba a salvo, pero el anterior estaba muerto, el mismo lo mato.

No se arrepiente, pero algo en su pecho le dice que le duele esa perdida, aunque no sabe diferenciar si lo siente el, o lo siente Toni.

Después de ese día, le ha intentado dar el control al italiano, pero él no quería, cada vez que Toni despertaba y tenía el completo control de su cuerpo no hacía nada en todo el día, no comía, no salía, se la pasaba tumbado en la cama.

Normal, gracias a él murieron todos los que pudo considerar familia: Anya, Hai, Igor, José, su hermano y... Gustabo.

Llegó al punto donde el payaso se hartó, el necesitaba saciar su sed de sangre, así que decido mandar a dormir por mucho tiempo al italiano, seguro eso lo reconfortaba, tal cual como hizo con Gustabo años atrás.

Un payaso asesino en Italia, solo, sin nadie quien sepa quién es... ¿Qué podría salir mal?

Más bien, la pregunta seria: ¿Qué no podría salir mal?

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