Después de tanto tiempo la espera se volvía corta, pero más peligrosa.
Un día o dos, que fácil era decirlo.
Las preparaciones se realizaron en silencio, aparte de Zhi Le estaba convencida de que Liu Jin Xi tenia algunos de los suyos entre la gente de Guo Hundun, aquella sombra que siempre la seguía era una prueba de ello. Todo comenzaba a preocuparle, ella no era de las que trabajaran clandestino, esperaba que el estratega Mo Xuan Fei y los otros se encontraran bien en el escondite fuera de la ciudad preparando la salida de Yan.
Una cuenta regresiva para los planes que crearon, la fecha en las que el paso por Bai Lang se cerraba por el clima ya habían pasado, el invierno era un hecho aun y cuando la primera nevada aun no llegaba. Si lograban esto tendrían que regresar por el este de Xia, por el amado Li Yun de la princesa.
Solo que aquellos días comenzaba a preocuparse con facilidad. Ella no era una mujer fácil, no tenía tanta paciencia como él y mucho menos cuando este le hablo de sus miedos.
Lo maldijo por lo bajo, ahora era ella la del miedo y la desconfianza.
Parecía paranoica.
Se había curtido en una guerra interminable en la frontera, donde las incursiones iban desde su lado hasta los del enemigo, todo este secretismo, infiltrados, no era lo suyo.
Lo que comenzó con interpretar un papel se transformó en una obligación que comenzaba a ser demasiado grande para ella. Trato de no familiarizarse con aquellos que solo eran un medio para un fin, pero se le hacía difícil, aun mas cuando dependía de ellos para su día a día.
- Esta noche.
Aquella mañana cuando irrumpió de la nada, la invitación llego, junto con el protocolo de la invitación trajeron regalos obligatorios, las ropas que deseaban que vistieran y las ordenes que debían cumplir.
Fue vestida, al rose de la fría tela, aquella textura envolviéndola podía notar la diferencia de los materiales, aquellas eran ropas de seda invaluable que cubrió con capas su cuerpo como si de noble mujer se tratara, la tentaba con riquezas.
Guo Hundun era minucioso en su trabajo, aun y cuando se trataba de su entretenimiento. Desde el momento en que salieron de la posada fueron monitoreados, cada uno de los artistas fue supervisado minuciosamente, los instrumentos musicales debían ser dejados atrás, la mansión proporcionaría los suyos propios, vestirían y actuarían según las órdenes dadas.
- Señora Hua Xin – su pequeña doncella tomaba su mano, temblaba.
- Permanece aquí, el protocolo entre los nobles es muy difícil para ti, temo de que te pierdas en un lugar así.
Percibió la aceptación de sus palabras ya sea en la pequeña doncella como en el mayordomo enviado por el Primer Ministro.
- Se le proporcionara una doncella para guiarla. – menciono al azar.
¿Una doncella?
Más bien una espía que la llevaría exactamente a donde Guo Hundun hiciera de ella lo que quisiera. No se preocupó, solo debía deshacerse de esa y suplantarla por una de las suyas ya dentro de la mansión.
Aquella obra fue montada y actuada, un buen guerrero podría convertir cualquier objeto en un arma. La ciega doncella de cinta de seda camino erguida en los brazos del esposo, sin vacilación dio el primer paso, luego el segundo hasta la meta que se trazaron, necesitaban aquellos documentos, era una cuestión de si o sí.
Desde el momento en que deposito su pie dentro de la Mansión supo que algo iba mal, primero no reconoció la voz de la doncella, significaba que Zhi Le no logro codearse con el personal del lugar, luego la separaron del grupo, conducida entre laberintos, separada del grupo con la simple excusa de que escogiera entre los instrumentos presentados especialmente para ella.
No era tonta, conocía bien cuál era su propósito, que la miraran.
Desfilo lentamente mostrando modales vulgares, hasta el final debía permanecer inerte, tranquila, una esposa confiada de clase baja.
La confianza en sí misma era impresionante, ¿no portaba arma alguna? Cualquier objeto en su mano podría ser un arma.
¿Cuántas horquillas colocaron en su cabello? ¿Cuántas cintas ataban su atuendo?
Realizo la reverencia donde le indicaron sin preocuparse por su propia seguridad, ahora mismo se encontraba en un campo de batalla.
Una extraña armonía en la velada tenía mucho que decir, aquel hombre era de molesta mirada, la sensación de suciedad quedaba impregnada en todo su cuerpo, conocía bien ese tipo de mirada, años atrás la habían mirado así, la desearon demasiado, el resultado fue una cabeza rodante y un nuevo gobernador en la provincia.
Tensas palabras eran dedicadas por la esposa principal del poderoso hombre, aquella mujer vivía en continuas humillaciones en el propio hogar por cada mujer que su esposo traía del exterior.
Muchas de ellas desechadas rápidamente por el esposo y luego objeto de acoso por parte de la esposa.
Aquel tipo de hombre era el que más odiaba.
Algunos hablaron de lo altruista de su acción al liberar a las jóvenes retenidas, nadie pensó que simplemente ella pudo ser una de ellas si hubiera sido más débil.
Sin poder imaginar cómo lucían las personas a su alrededor solo escucho la algarabía y las voces, algunos comentarios lastimosos y ofensivos, otros con la lastima en sus palabras al referirse a ella como la "ciega".
La pipa sonó, canto, tal y como cantaba en el pasado, como una buena hija que desea complacer a su madre, los invitados la admiraron, solo que el sonido del huqin fue diferente, ese no era Jin Xi tocando junto a ella.
Todo comenzó. Aun y cuando toda la situación daba mucho de que pensar, las acciones comenzaron tal y como fueron planificadas.
A plena luz del día, la música desde la estancia marcaba el inicio de la marcha, Zhi Le en su incompetencia no logro escalar posiciones en la mansión, desconfiados y calculadores, los nuevos sirvientes no duraban mucho en sus posiciones. Como una simple criada de lavandería no podía acceder a los recintos de los señores.
Robo dos placas de identificación y uniformes de las doncellas del hogar, se mesclo con ellos en la celebración de aquel día. La razón detrás de la fiesta era para opacar la realizada al mismo tiempo en el palacio, el Primer Ministro se codeaba con sus partidarios para dejar a un lado nuevamente el poder del Rey dejándolo en ridículo.
Desordenados eran los poderes en este reino que conspiraban tan en el ojo público contra su monarca, era una dinastía en decadencia que trataba de levantarse a costa de sus vecinos.
Si se hacían de las pruebas y los nombres de los espías en Xia lograrían desmantelar a Guo Hundu, desasiéndose del primer ministro de Yan la corte real de este país caería en un caos del cual demorarían años antes de estabilizarla.
Este tiempo sería beneficioso para Xia, unos pocos años de paz lograrían estabilizar su ejército y los locos que deseaban casar a la Princesa con Yan.
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La Diosa de la Guerra - El Sol de Xia ✔️
RomanceCuando despertó estaba en el cuerpo de una niña, una niña que flotaba en una barcaza fúnebre, fue llamada hada, fue venerada, era la 4ta Princesa de Xia. Pero no lo tenía todo. Un prometido que la abandona para casarse con otra, esa mujer intenta m...