Capítulo 5: Zhou de la Guarnición. Parte 1

296 24 0
                                    


El entrenamiento de la mañana en la guarnición de la capital no entretenía a Zhou Li Ren, el joven general tenía cosas que reflexionar. Más bien soñar con alguien.

Después de varios años había visto nuevamente a la dama que había adorado desde la distancia años atrás, pero seguía sin saber siquiera su nombre, había intentado seguirla cuando salió de la Casa de Té, pero habían detenido sus pasos. Los guardias de Bai Lang detuvieron su avance. La vio hablar y sonreírle al Príncipe de Bai Lang.

No había escuchado nada sobre que su antiguo cuñado cortejara a ninguna joven, era muy raro, desde la caída en desgracia de su familia los Zhou habían mantenido un perfil bajo y aunque su hermana menor cometiera traición gracias al Príncipe habían sobrevivido, le odiaba, pero lo debía mucho.

- Comandante, Comandante - los gritos de su subordinado lo alertaron, Zhi Mo era un hombre grande y algo gordo, verlo correr era algo gracioso de ver - Comandante - trataba de recuperar el aliento - El Duque de Li Yun, se dirige aquí escoltado por el León del Este, el General Min.

La noticia alerta a toda la guarnición, todos habían escuchado el alarido de su subordinado.

Alarma, admiración, temor, todo eso se reflejó en los hombres que veía, el Duque Héroe del Este se presentaba en la Guarnición, el motivo era desconocido, pero era un honor y para todos era la oportunidad de oro para conocer el Señor de la Guerra del Este. El nombre de Señor de la Guerra había sido dado por los mismos soldados luego que habían llamado al Príncipe de Bai Lang el Dios de la Guerra del Norte. Adjetivos dados a aquellos que combatían día a día en las fronteras donde sus vecinos trataban de incursionar en la que ahora creían una nación no tan fuerte como en el pasado.

Subestimados por años, hasta que en el Este este joven duque recupero las tierras que les fueron arrebatadas.

Inmediatamente bajo sus órdenes cada soldado se preparó para la inminente llegada, incluyendo el joven general.

Justo a tiempo, los soldados se habían preparado inmediatamente para la visita, cuando el Duque desmonto su caballo la noticia ya era de dominio público, muchos curiosos querían ver al afamado Duque. Las calles se habían detenido, los comerciantes, caballeros o doncellas eran un público bullicioso. El erguido duque aun a caballo no miraba a los curiosos que desde el punto más bajo le admiraban como a un dios, aun y con aquella apariencia infantil, olvidaban lo sanguinaria de sus hazañas y lo implacable que era en el campo de batalla, la apariencia lo era todo para las masas.

La pequeña estatura del duque era obviada por muchos, era delicado como un niño, eso le hacía excepcional, le creían un lánguido muchacho de no más de veinte años cuando en realidad era una mujer de casi treinta años ya.

Min Zhan veía desmontar a la Princesa, aunque se negaba a reconocerlo se divertía mucho ver como acudían en masa a ver al esplendido Duque, le gustaba saber que aquella muchachita contestona se había convertido en alguien tan excéntrico.

- Le dije que iba a pasar - susurro cuando ella se paró frente a él.

- Claro que iba a pasar, eso es lo que quiero. – sonrió – que me vean.

- Su Alteza, no sea temeraria. - dijo esto entre dientes antes de comenzar a andar.

Habían informado de su llegada desde que traspasaron la salida de la residencia ducal. Les había dado la oportunidad de rápidamente prepararse para impresionar al Duque. La guarda de Li Yun desmonto tras su persona, el joven general Min voceo en el gran portón la presentación de su señor. No era la primera vez que la princesa orquestaba la falsa, pero sí lo era fuera de las vastas tierras de su provincia.

Los guardas de la entrada inmediatamente se inclinaron y siendo esa la majestuosa entrada del Duque, ella apoyo su mano en la empuñadura de su "Nieve Cortante" y con paso preciso se adentró al lugar.

Demasiado hermosos, ese fue el pensamiento del Comandante de la Guarnición, Zhou Li Ren solo podía ver a los jóvenes soldados desde su posición, el Duque daba un recorrido antes de presentarse ante él.

Había escuchado de las hermosas mujeres de Li Yun pero no pensó que los hombres también. Cada uno de ellos iba uniformado negro y rojo, la armadura negra lustrada e impecable. Los primeros cuatro se veían demasiado jóvenes, los demás miembros de la escolta eran los típicos soldados, fornidos y nada elegantes, con una postura impecable.

El sonido del metal chocando le saco de su burbuja, en el patio principal sus hombres practicaban con la espada, la silueta del Duque le llamo la atención, era solo un muchacho, no había aparente musculatura, delgado y pequeño, no le llegaría ni a sus hombros, junto a este el General Min era todo lo contrario.

- Zhou Li Ren saluda al Duque de Li Yun - con estas palabras realizo una reverencia saludándolo, luego realizando el mismo arco saludo al General.

- Comandante, me alegra que pudiera recibirnos.

Una voz melódica, juvenil, llena de júbilo y buen humor. Cruzaron las miradas, aquellos ojos de a quien todos admiraban y vio un rostro solemne, no había sonrisa en su mirada, demasiado hermoso, un extraño brillo lo privo de su cordura, aquella mirada violeta de la que todos hablaban. No estaba en presencia de alguien de este mundo, el Duque de Li Yun solo podía ser un inmortal de los Siete Reinos, no podría existir mortal que portara tal mirada.

- El honor es mío Su Alteza. Permítame escoltarle.

- No hay que ser tan ceremonial, lo que nos trae aquí hoy no es un asunto oficial. - se dejó guiar por el general al interior del pabellón.

Ya allí los cuatro muchachos de la escolta esperaban por su líder, Zhou Li Ren se dio el lujo de mirarles de cerca quedando impactado al notar que eran mujeres portando armadura. Reconoció el sello de la Cuarta Princesa en el bajo de las capas, las mariposas doradas bordadas en el vuelo, sin nunca tocar una flor. Aquellas eran la escolta principal de la princesa, las Hu Die.

- Comandante, le presento a Zhi Le, - la joven más alta realizo un arco mientras era introducida - Aunque es una dama de palacio no sigue las reglas ni estatus del Palacio cuando se trata de las Hu Die, es la Capitana de dicho ejército.

- Un placer conócela. - realizo un arco, dándole respeto como su igual.

- Mi señor el Duque permanecerá indefinidamente en la capital, aunque pocos lo saben, pero nuestra Cuarta Princesa reside en la residencia del Duque - el capitán miro al joven duque, una esquina del labio se dibujó, ¿acaso eso era una media sonrisa? - El General Min partirá a Li Yun pronto y aquí en la capital solo somos un pequeño grupo de Hu Die para proteger a nuestra princesa. Solicitamos apoyo de la Guarnición en caso de alguna eventualidad.

Observo detenidamente al Duque, desafiando todo, joven, sin rastro de velocidad en ese juvenil rostro. El joven Duque no podría ser tan infantil como aparentaba, llevaba varios años escuchando sus historias. Hermoso, muy hermoso, seguía pensando en ese detalle una y otra vez, se sentía prendido del joven duque, él prefería la compañía de las mujeres ningún hombre le había encantado tanto.

- Si el Comandante imagina lo que creo es mucho más inteligente de lo que pensé.

Zhou Li Ren realmente lo noto.

El Duque de Li Yun era una mujer, era aquella que había visto una vez en el palacio, la dama del día anterior. Era una hermosa mujer que desafiaba la lógica y las normas de la sociedad, una mujer con poderío sobre todo un ejercicio, tenía bajo su dominio las tribus del Norte.

Una mujer admirable.

- El Duque realmente espera mucho de mí. No comprendo que pueda ser. Y aun así no es algo que mi persona deba saber, dejemos todo así. 

La Diosa de la Guerra - El Sol de Xia ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora