Los Reinos cuando entraban en guerra eran propensos a todo tipo de situaciones, la principal era el hambre, los pobres eran los primeros en ser afectados, eran explotados con más fuerza en tiempos turbulentos y por mucho que la familia real quisiera hacer algo por ellos, todo era poco.
Aunque la frontera podía ser un caos ahora, la capital por otro lado aun no veía los inconvenientes de la guerra, al contrario, aun prospera y llena de vida y al parecer incluso habían olvidado al asesino que les había aterrorizado.
Los ilusos podrían pensar que tras la partida del Duque de Li Yun la mansión continuaría animada y alborotada con la permanencia de las Doncellas de Li Yun o con la Cuarta Princesa como invitada, pero, al contrario, en las últimas semanas el silencio era parte del día a día.
Para permanecer con el perfil bajo Dong Sun preparo todo para que la supuesta estadía de la Princesa fuera un tema reconocido y que algunos chismes salieran de boca en boca, pequeñas anécdotas de sirvientes para mantener la coartada. La excéntrica Cuarta Princesa se ganaba una extraña fama en la capital, de ser caprichosa y mimada.
Pero en realidad lo que más preocupaba en la urbe era la muerte de otra joven señorita y que no existían aun pistas sobre el asesino. Esta vez no se trataba de una joven de noble cuna, era una bailarina reconocida por su celestial belleza.
Toda aquella noticia llena de caos había llegado a los oídos de Su Majestad, no estaba contento, la corte se había vuelto tensa y los ministros no tenían buenas noticias para reportar. La situación no se podía resolver con un toque de queda o con patrullas, el asesino atacaba en la paz del hogar de las jóvenes, era escurridizo y astuto.
El desconcierto e inseguridad mantenían alerta a todos en el palacio, sobre todo en torno a la Princesa Heredera. La viperina mujer se rodeaba de un lugar traicionero, lleno de luchas, asesinatos y soledad.
El silencio en el palacio interior de la princesa no era algo nuevo, el frío matrimonio en el que vivía la mantenía en un rencor continuo, su posición no era la más estable, había sido enviada como moneda de cambio, nunca pensó en tener un matrimonio feliz, pero era peor que eso. La presión de su hermano para espiar era aún mayor, pero el Príncipe Heredero nunca confió en ella, en los últimos años sus sirvientes leales habían mermado poco a poco, lo que había logrado hasta el momento fueron tras medidas desesperadas.
Allí ahora vestida de rojo observaba la quietud de su patio interior, despacho a sus sirvientas, dejándola completamente sola.
- Eres tú – menciono casi en desgana.
La silueta tras las cortinas ni se movió, solo se podía ver un poco de una falda azul.
- ¿La princesa será la próxima?
- La princesa no se encuentra en la capital.
- Pero, ¿los rumores?
- Mentiras, solo las doncellas y criadas quedaron en la mansión, ella se marcho.
- Lástima, abría sido perfecto ver la cara del príncipe heredero cuando entregaran el cuerpo.
La espía la ignoro, cuan tonta era esa princesa heredera, ¿realmente pensaba que ella le haría daño a su amada cuarta princesa? La cuarta princesa era una diosa, que simplezas salían de la boca de esa mujer rencorosa. Bajo la capa jugueteaba con una daga, siempre lo hacía cuando visitaba a esa retorcida mujer, se la imaginaba ahogándose en su propia sangre.
- Aquella mujer regreso – la espía lo menciono al azar – no puedo colocarla en la servidumbre de Bai Lang, muchos podrían reconocerla.
- Aún es pronto para que Liu Yin Xi regrese, aún hay tiempo. – la princesa reconsidero – llévatela e incorpórala con las damas del Duque.
- Sería imposible. – la desagradable mujer se acercó a su escondite – Las damas del Duque son más que simples mujeres a su servicio, se delataría al momento, son muy celosas ante los extraños.
- ¿Realmente el Duque es tan receloso? - No hubo respuesta para la pregunta. – has lo que quieras con esa mujer, pero que destruya la tranquilidad de Liu Yin Xi.
La espía observo nuevamente a quien supuestamente era su ama, la odiaba demasiado, algún día seria ella quien retorcería ese cuello con seda, quería ser ella. Pero primero debía ser capaz de encontrar las cartas que la Princesa Heredera mantenía para chantajearla.
Con esto en mente se retiró de la misma forma que había llegado.
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La Diosa de la Guerra - El Sol de Xia ✔️
RomanceCuando despertó estaba en el cuerpo de una niña, una niña que flotaba en una barcaza fúnebre, fue llamada hada, fue venerada, era la 4ta Princesa de Xia. Pero no lo tenía todo. Un prometido que la abandona para casarse con otra, esa mujer intenta m...