La Diosa de la Guerra - El Sol de Xia ✔️

Capítulo 16: A las puertas de Tongwancheng

Los vientos estaban cambiando, no era una buena señal.

La llegada del invierno era cada vez más evidente.

Si en Bai Lang estallaba la guerra, el paso entre ellos y Li Yun seria completamente nulo, los días serían más cortos y la nieve cubriría por completo desde las lejanas cordilleras, los pastizales hasta el baldío desierto que pertenecía a las tribus extranjeras.

Se cerrarían los pasos y el comercio se detendría, quedándose solo los países extranjeros, aquellos que amenazaban con comenzar una guerra.

Un arduo recorrido de días y semanas y sus soldados apenas y habían dormido la noche anterior, pero no se hallaban fatigados, la emoción de la llegada les había mantenido desvelados junto al fuego o en sus rondas.

Allí, frente a ella se hallaba su amada ciudad frontera, la blanca Tongwancheng, la Gran Ciudad en los pastizales, con sus muros de piedra blanca, torres de bloques y madera, los estandartes de negro y rojo adornaban sus paredes, ondeando por el viento mientras los soldados permanecían en la posta vigilando los cuatro caminos.

La ciudad de los cuatro caminos la llaman, árida y para algunos olvidada.

Los eruditos y gentes nobles de la capital la verían tosca y nada sofisticada, no era una ciudad de moda. Pero Tongwancheng era el final del camino para los viajeros que salían de Xia y era la entrada de las caravanas procedentes del desierto, árida y sin refinamiento, pero un punto importante para el comercio. Las puertas abiertas podían ser una invitación para los comerciantes, pero también era una gran tentación para malhechores. Aquellos no eran caminos seguros, así que muchos contrataban guías y guardaespaldas en la ciudad.

Solo el espíritu libre de sus habitantes era el mayor beneficio, gente fuerte, valiente y trabajadora, que vivían por y para su pueblo.

Una simbiosis entre el pueblo de Xia y los nómadas que tienen esos pastizales por hogar por generaciones antes de que existiera la propia ciudad.

Algunos clanes nómadas vivían en las tierras de Li Yun, los más importantes eran los Murong, durante siglos habían permanecido allí, eran los verdaderos amos de aquella tierra. Ahora los Murong eran los mejores soldados en Li Yun, jinetes sin igual, al igual que los demás clanes eran excelentes halconeros. Seguidos por los afamados Ruyi, quienes sus caballos de guerra eran la mayor gloria de Li Yun.

La cetrería era parte de la vida de las tribus nómadas de Li Yun.

Atravesar esas puertas la hacía sentir bien, tranquila, se sentía segura en aquel lugar, era la autoridad máxima en aquella región y no importaba tener que mantener la fachada.

Cuando su caballo comenzó a atravesar la avenida principal los tambores comenzaron a sonar, aquel era el aviso de su llegada. Todos y cada uno de los habitantes de Tongwancheng salieron a recibir a su Duque. No eran vítores alabando al heroísmo, era una cálida acogida agradeciendo a los cielos su retorno a las áridas tierras de Li Yun.

Era comprensible que se encontraran inseguros, en los pasados años nunca había ido a la capital, desde su llegada a Li Yun le habían visto hacer florecer la mansión del Duque, cabalgar entre las tribus y defender la frontera como uno más de ellos. Aquella princesa había dejado a un lado su vida y se había dedicado a Li Yun en cuerpo y alma. La primera vez que había traspasado aquellas puertas pensaba en un autoexilio, afligida y llena de autocompasión, nadie podía verla mientras se ocultaba tras una máscara de oro, ahora allí, eran dos personas completamente diferentes, la que montaba el corcel y sonreía mientras la llamaban era una guerrera, no se ahogó en la autocompasión enfermiza, se levantó, curo sus heridas y se hizo más fuerte.

Nota de la Autora: Este Xia es ficticio, no tiene nada que ver con el país real, igual que la ciudad de Tongwancheng, en el Xia real la capital era Tongwancheng. El significado de Tongwancheng es "Cruce de cuatro caminos", por eso me gusto como nombre de la ciudad fronteriza.