Capítulo 19: El camino de los hombres.

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Aquello era una batalla contra el tiempo, un camino lleno de imperfecciones y accidentes, las incursiones del enemigo a Xia eran erráticas y sin un objetivo claro. ¿Acaso eran solo escaramuzas para mantenerles alertas hasta la llegada del invierno? Liu Shui Yue mantuvo esa idea desde los últimos días. Lo había compartido con sus aliados entre los clanes de Li Yun, los más ancianos concordaron con ella, los jóvenes estaban ansiosos por ir a la batalla.

El viento era su aliado, cabalgo guiada por ese mismo viento, el frio se filtraba a sus pulmones, lo respiraba, la adrenalina la recorrió haciéndola sonreír.

Ser como el viento, ese era el propósito de la caballería en Li Yun, por generaciones lo habían sido, ellos dominaban al corcel como si fuera una parte más del cuerpo y lo era, nómadas que habían existido en aquellas tierras antes de que fueran conquistadas, ahora eran parte ese país, pero las costumbres permanecían ahí. 

La zona era simple y con visibilidad del horizonte, no había forma de que pudieran ocultarse de su vista, pero en los últimos días habían encontrado rastros de pequeños campamentos al noroeste de Tongwancheng. La cercanía a la que habían estado de su propia fortaleza le molestaba, la ira en ella era como un veneno que crecía mientras no destrozara a los osados soldados de Yan.
Comenzó a disminuir el paso, podía ver la patrulla que inspeccionaba detenidamente los rastros. El grupo de diez jinetes, armados hasta los dientes y envueltos en pieles saludaron a su señora cuando se detuvo frente a ellos.

-Su Alteza. - saludaron de puño y palma mientras se inclinaban

Su líder dio un paso al frente y espero por las órdenes de su fiera señora.

- Habla - su voz se sentía impaciente.

- Dejaron el rastro a propósito, querían que supiéramos que estuvieron aquí, mi mejor rastreador observo huellas organizadas, eran una tropa de a pie, estudiaron el terreno Su Alteza, conocían que este terreno es bajo y de poca visibilidad, comienza a descender y comienzan las irregularidades hasta las colinas del Clan Ruyi.

- Enviaste a alguien a verificar en el Clan Ruyi?

- Si, tres de mis hombres.

- Bien

Siguió la línea del horizonte en dirección al Clan Ruyi, los criadores de caballos eran gente dura, pero temía por un ataque sorpresa.

- No planeo sentarme y esperar por noticias. – volvió a montar su oscuro corcel – cinco de ustedes regresen a Tongwancheng, den la voz de alarma a los jefes de clanes, no quiero caos en mis tierras. – una nota de advertencia venia implícita, el mensaje era solo para los oídos de los jefes de clan. 

Los cinco seleccionados se separaron inmediatamente del grupo y regresaron a la fortaleza mientras los demás continuaban su camino.


El Clan Ruyi era el segundo clan más influyente en los pastizales, ella no era particularmente fanática de sus miembros, pero eran gente leal y bravía. Ellos habían sido su mayor oposición en la zona, no les agradaba que alguien de fuera de los pastizales obtuviera el poder que sus ancestros habían ostentado por generaciones. Pero ahora no eran tribus libres, pertenecían a un país, un reino con un rey que no conocían.

Y allí había llegado ella, una muchachita marcada y temerosa de hasta su propia sombra, los crueles hombres del clan Ruyi no aceptaban fácilmente a la recién llegada. Cuando Liu Shui Yue obtuvo un título de Duque llego la prueba más importante, demostrar su valía ante los clanes de Li Yun.

Azoto su caballo solo una vez, tenía prisa, no soportaba la incertidumbre que le provocaba la ignorancia sobre el destino de su gente. Se tranquilizó cuando encontró las carpas aun de pie y los caballos pastoreando, aminoro la marcha y se acercó.

- Mirad que tenemos aquí - el estruendo grito vino desde su derecha – el Duquecito vino a visitarnos.

La fuerte voz de Ruyi Jiang detuvo a más de uno entre los guardias. El anciano había entregado el liderazgo del clan a su hijo mayor, pero eso no significaba que no opinara, mandara e incluso molestara a más de uno a su alrededor, incluyendo claro está a su Duque.

- Me alegra que el viejo este como en sus buenos momentos – la sarcástica voz de Shui Yue molesto al anciano – vine corriendo pensando que habría escapado con el rabo entre las patas.

- Chiquilla insolente.

- Viejo cascarrabias.

Otra risa los tomo desprevenidos, detuvo por completo la conversación, Ruyi Xian el nuevo líder salió de la tienda más próxima al anciano. El nuevo líder aún era joven, tenía dos esposas y tres hijos, contaba solo con 35 años y ya había extendido el dominio del clan.

- Su Alteza, ¿su visita se debe a los invitados?

- ¿Imagino que los ha tratado como se merecen?

- Por supuesto, incluso deje dos para usted, como regalo de buena voluntad.

- Agradecida estoy, me encantan ese tipo de regalos.

- ¿Más que las joyas?

- Mucho más, nada como un buen par de invitados para desestresar a esta indomable señora. 

La Diosa de la Guerra - El Sol de Xia ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora