Capítulo 10: Sombras del ayer.

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Solo cuando fue luna nueva la capital se sumió en una tranquilidad temporal, no asesinaron a ninguna otra doncella. Tanta incertidumbre había creado una mella en la población, pero aun así muchos de ellos despreocupados solo vivían el día a día.

Las personas nuevamente recorrieron las calles de la capital en las noches, los comercios volvieron a abrir y las linternas alumbraron las calles preparando los festivales.

Liu Jin Xi tomo en sus manos una linterna con forma de loto y otra de conejo. El vendedor comenzó a mostrarle sus productos. No le gustaba la paz de la capital, se sentía pesada y forzada, sabía que en algún momento volvería a comenzar todo. Las noticias de guerra eran lo único que llegaban a su mansión, la inminente hora de su partida se acercaba, un día más en la capital era como mucho lo que podría alargar su estancia en la capital.

- Su Alteza, - uno de sus criados se acercó - Se recibió un mensaje de la Reina Viuda.

Extendió el rollo de seda amarilla. Inmediatamente doblo en cuatro y se lo guardo dentro de la ropa.

- Puedes retirarte.

La llamada tranquilidad que había vivido concluyo con ese mensaje. Respiro profundo mientras la brisa nocturna le envolvió, la llegada del otoño se acercaba, los días calurosos terminaban y ya las noches eran frescas. Cuantas emociones y deseos pasaron por su cabeza, todo ello había perdido significado con un simple mensaje. Era un hombre que se acercaba cada vez más a los cuarenta, sin un heredero y sin esposa alguna, viviendo como un monje. Se burló de sí mismo, ¿a quién le era tan fiel? ¿a sí mismo? Era un tonto vestido como un príncipe.

Dejando todo a un lado entrego las linternas a uno de sus criados antes de montar a su caballo.

- Enviadlas a la residencia del Duque de Li Yun, que se las entreguen en sus manos – una pausa – Entenderá.

Si ella entendería el mensaje, solo faltaría que quisiera seguirle el juego.




Entrar a palacio tan entrada la noche era solo permitido a pocos sujetos, Liu JinXi era uno de ellos. Aquella noche un eunuco y dos doncellas le esperaban en la puerta norte, inmediatamente fue conducido a las habitaciones de la Reina Viuda, la anciana le esperaba sin adornos y ropas suntuosas. Era cada vez más extraño, siempre que se presentaba a ella tenía un brillo juvenil en sus ojos aun y cuando no vistiera oro.

Un gesto silencioso hizo que prescindiera de cualquier norma de cortesía, no hubo inclinaciones ni palabras.

- Jin Xi, estoy cansada, los años cada vez son más pesados. La corte está llena de traidores e incompetentes aduladores - la anciana le pidió que se acercara a ella. - ¿Realmente esta vez planeas casarte con mi nieta? ¿o tienes algún otro plan en mente? No estoy muy convencida de que ahora de la nada simplemente deseas llevar a cabo lo que una vez rechazaste.

- No puedo mentir de la nada y decir que este enamorado – era honesto – pero es tiempo de cumplir mis promesas, mis verdaderas promesas, esto no lo hago para pagar nada ni para expiar un pecado. Planeo casarme con ella porque es lo que debe hacerse.

- Demasiado practico, mi nieta ya no es la misma de aquellos días, no es una niña. Por desgracia los golpes de la v ida la hacen más práctica que tú. – suspiro – Pidió garantías, ¿qué mujer pide garantías y beneficios en un matrimonio político? – extendió hacia él un pequeño papel doblado, una sola palabra estaba escrito en el "escapo" – Sabes el significado. Zhou Li Ri escapo, ahora a lo que realmente te mande a llamar. ¿Qué planeas hacer al respecto?

Comprendía, la anciana reina lo observaba expectante de su decisión. No podía decir que fuera nuevo para el que su antigua consorte estuviera viva, el mismo intercedió por ella aquel día, como un idiota.

- No voy a hacer absolutamente nada. – en un suspiro se sentó frente a la reina viuda – después de tantos años pensé que todo este secretismo había acabado, el hecho de Zhou Li Ri regrese a nuestras vidas no me alegra ni me disgusta, solo espero que no sea tan tonta para pensar en regresar.

- Tienes demasiados enemigos, sabes lo que se habla en la corte, el príncipe heredero sin hijos, tu igual y los incompetentes hablan de mi pequeña nieta.

- ¿Qué desea la viuda de mí?

- Que hagas algo, ya no eres un niño para andar jugando. Esta familia cae en decadencia, los descendientes reales son una panda de incompetentes e inútiles, viejos trastes que han sobrevivido dos reyes.

- La anciana viuda planea de mas, el Príncipe Heredero tendrá hijos.

La anciana dio muestras de su mal humor.

- Más te vale que así sea o será tu trabajo.

Liu Jin Xi cerró los ojos y nuevamente soltó un suspiro sin preocuparse por mantener el decoro o el respeto hacia los mayores. Pero realmente era entendido, todo en su vida volvía a desmoronarse con uno una palabra en un papel.

- Me retiro – se paró abruptamente – sigue siendo una noche de festival, mis planes y mi vida no van a ser cambiados solo por esto.

- ¿Le dirás?

- No.

Aquella noche ya no era la misma para él, aunque ni una sola nube cubriera la luna se sentía como si una lluvia pesada callera sobre todo cuerpo imposibilitándole avanzar, por un momento su mente se nublo, su paso y su presente llenaron su mente imposibilitándole darle a la reina viuda la respuesta que deseaba escuchar. Era complicada su vida, sobre todo cuando hasta la más simple decisión podría convertirse en un conflicto político.

Política, era la única justificación que le quedaba para cada una de sus acciones. Volvían a presionarle una y otra vez con un deber que hasta él mismo sabía que debía cumplir. Pero nadie se dignó a preocuparse por Shui Yue, nadie pregunto lo que quería y mucho menos se detuvo a pensar lo que sufriría si supiera como su familia la lanzaba a los lobos.

Comenzaba a enfriar la noche, camino hasta su caballo, maldijo para sí, fue demasiado impulsivo en venir solo. Tan entrada la noche era una perfecta justificación para sus enemigos, monto y apresuro el paso. 

La Diosa de la Guerra - El Sol de Xia ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora