Capítulo 11: Sembrando la armonía

118 10 0
                                    


Ignorante de todo una Shui Yue tranquila y perezosa era mimada por sus criadas mientras algunas de las doncellas de Li Yun practicaban su baile.

- Alteza, tenemos noticias. – menciono una de las bailarinas – Yi'er tiene un pretendiente.

- ¿ya?

Asintieron algunas de ellas mientras la mencionada se sonrojaba. La bailarina de no más de dieciséis años era la más nueva de las doncellas en el sequito de la princesa, la chica que fue vendida por sus padres paso de ser una triste figura a una resplandeciente joven en poco más de un año.

- Es alguien que conocí hace unos días en el mercado. Es farmacéutico.

- Una buena profesión – menciono otra de las bailarinas – es estable y significa que sabe leer y escribir.

- Tienen razón Yi'er, es una profesión honorable, si tiene talento y conexiones puede seguir estudiando y llegar a ser médico. – menciono la princesa. – siempre lo he dicho pero el día que deseen casarse les proporcionare dote y todos los ritos serán cumplidos. Son mujeres de Li Yun, somos orgullosas y honorables, nunca lo olviden.

- Si Alteza. – susurraron todas entre sonrisas.

La joven aludida se iluminó emocionada por las palabras de su señora y asintió.

Risas ligeras e inocentes llenaron la estancia. La vida de Liu Shui Yue muchas veces eran así, despreocupadas.

Sin saber que nuevamente la sombra del pesar cada día estaba más cerca.




- ¿El Príncipe sale de la capital?

El estratega Mo era un talentoso funcionario de mediana edad, le podrían llamar robusto, pero más bien de estómago. El rollizo hombre había entrado al servicio de Bai Lang cinco años atrás, desde entonces había permanecido leal al príncipe.

- Es inminente que parta. Prepárese también, lo más seguro es que entremos en batalla. – el aludido asintió – antes de retirarse necesitare un favor.

Mo Xuan Fei se detuvo inmediatamente, observo intrigado al Príncipe, no era común que este solicitara favores o ayuda.

- Este Príncipe debe escribirle a una mujer. – el estratega seguía sin entender del todo.

- El Príncipe habla de una despedida romántica o simplemente una nota.

- Ejem – carraspeo un tanto nervioso – una nota muy explícita con una dulce despedida romántica pero que no parezca que estoy presionado.

En cinco años al servicio del monarca fue la primera vez que Mo Xuan Fei se quedó sin habla. 

La Diosa de la Guerra - El Sol de Xia ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora