1.1 Sirena

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La melodía del piano penetraba en las paredes rebotando de regreso, una habitación casi por completo vacía, tan blanca que reflejaba a las dos personas que lo miraban, una siendo casi una copia de la otro. Jihoon intentó ignorarlos, pero de vez en vez su mirada se levantaba de las teclas he iba hacia ellos, especialmente hacia la persona que se ocultaba detrás de la primera figura, su tierna mirada estaba puesta en sus manos. Cuando la melodía iba oscureciéndose notó que debía concentrarse.

¿Qué es lo que estás pensando? La voz debajo de su conciencia le preguntó de una manera sutil mediante la melodía que se tornaba confusa. Podía solucionarlo, pero hasta no responder esa incógnita seguiría dándole los desastrosos golpes a las teclas. Entonces la pregunta se repitió ¿Qué es lo que estás pensando? Mientras subía y se hacía más grabe, cada vez más difícil de responder.

Parecen sirenas. La respuesta alivió la melodía. ¿Sirenas? La pregunta volvió siendo más como un eco. Si. Sirenas. Aquellas criaturas que con su canto te llevan al mar, que te arrastran lentamente con su belleza. Quizás con una muerte desesperante pero dulce. Aquellas sirenas. ¿Por qué sirenas? Quizás porque ambos son igual de lindos. No, en realidad no lo sé, ellos solo me parecen sirenas.

Las sirenas son malas.

Terminó la melodía con la nota abrupta. No era su intención al principio, pero su conversación había llegado en ese punto donde no tuvo más respuestas o algún otro pensamiento. Miró las teclas por largos segundos mientras que escuchaba los aplausos de las únicas dos personas ahí. Se giró sobre el asiento y se puso de pie para agradecerlo. Su mirada de nuevo se posó sobre los ojos ajenos.

Ambos tenían cabello rubio, una piel pálida y ojos profundos. Una sonrisa se asomó por el rostro del más joven, tan calmada que se le antojaba triste, y la figura más alta, la de cabellera larga, tan solo tenía una sonrisa emocionada como si hubiera encontrado algún tipo de tesoro. Jihoon intentó sonreír, pero no pudo, intentó verse igual de emocionado que aquella figura, pero su atención estaba puesta en la sonrisa calmada.

—Papá hizo un gran trabajo enseñándote.— Dijo la de sonrisa emocionada. —¿Qué te pareció, Jeonghan? Tu primo es menor y puede tocar mejor que tú.

Jeonghan levantó sus manos y aplaudió con suavidad, cuatro de sus dedos estaban vendados desde la punta hasta la base. Jihoon se preguntó si le dolía aplaudir o moverlos. La sonrisa calmada volvió a aparecer, sus rasgos siendo oscurecidos por la tonalidad de su cabello.

—Toca realmente hermoso.— Dijo Jeonghan con una suave voz masculina.

Ah. Una de las dos figuras era hombre. Si Jihoon hubiera estado tocando el piano en ese momento sería una nota grave.

Pétalo [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora