3.3 Pam...Pampampampampam...Pam

368 93 8
                                    

Entró a su cuarto lanzando el violín al colchón, claro que estaba un poco molesto, de no haber sido por Jeonghan Jihoon lo habría mirado a él, pero no, estaba mirando a Jeonghan, a Jeonghan, de todas las personas solo a él, y esa mirada era como Seungcheol solía sentirse cuando estaba en ese lugar, en ese lugar oscuro y neón donde veía a las personas cantar y bailar con emoción, con vida. Y claro que esa mirada llena de anhelo significaba más que la mirada de calma cuando llegaba a su pequeño departamento. Y era una mierda.

Pateó la cama. Una vez y despues cinco veces más, una más fuerte que la otra mientras que escuchaba los golpes secos contra la madera. Dio uno último mucho más fuerte y se giró para sentarse sobre el colchón, llevando una mano al rostro mientras regulaba sus emociones. Quería reírse de ello. Quería reírse de lo absurdo de la situación.

¿Por qué se sentía tan celoso? Se sentía celoso porque Jihoon no estaba mirándolo a él, pero estaba furioso porque era Jeonghan al que estaba mirando, al patético y fantasmal Jeonghan, al chico que era una copia aterradora de una mujer con alma muerta. Estaba mirando a Jeonghan. A su Jeonghan. Porque ese chico era suyo desde hace años, y Seungcheol tomaba de él lo que quisiera. ¿Por qué no podía tomar también la mirada de Lee Jihoon? ¿Por qué no podía robarle eso también?

Quería la mirada de Jihoon sobre él, no sobre Jeonghan, quería que Jihoon lo mirara igual a como miraba a Jeonghan. Pero su oportunidad se fue al carajo.

No podría volver a repetir el encuentro, no mientras que Jeonghan continuara rondando por allí. Llevó sus manos a la cabeza respirando profundo, sintiendo el pie con el que golpeó la cama hormiguear un poco. ¿Qué podía hacer para que Lee Jihoon lo mirara igual a como miraba a Jeonghan? ¿y como hacer que dejara de mirar a su Jeonghan? Para ser honestos ni si quiera le sorprendía tanto, solo lo enojaba.

Ni si quiera le incomodaba el hecho de que fueran primos, le incomodaba el hecho de que estuvieran más entrelazados de lo que estaba Seungcheol.

Alguien tocó la puerta y no esperó a que le invitaran a entrar, solo pasó.

—Claro, olvídate de saludar a tu tía, al fin y al cabo ella solo te crio.

Le sonrió a su tía, a la tía que en realidad había sido más su madre que su tía, y se levantó a saludarla atrapándola en sus brazos para apretujarla fuerte. Seungcheol no había tenido una madre en realidad, su madre había muerto poco despues de dar a luz, solo tuvo a un hombre que se hacía llamar su padre, un hombre que se fue cuando él tenía seis años, y despues tuvo a su tía quien lo acogió en una casa que ni siquiera era suya, era de la mujer para quien trabajaba. Y esta tía era como su madre, y su tío su padre. Su tía era hermana de ese hombre que lo abandonó en cualquier lado, y tanto Seungcheol como su tía no sabían dónde se había metido desde que se fue.

—Iba a saludar, pero ya sabes cómo es tu señora.

—Ella no pierde ni un segundo.— Sonrió su tía. —Me preocupa el niño Jihoon, ella tiene tantas expectativas de él...

—Las cumple, tía, créeme que las cumple todas. Dudo que Jihoon tenga que pasar por lo que Jeonghan y yo, Jihoon nació perfecto.

—Pero es tan joven, y... la señora ha llenado tanto su agenda, también me preocupas tú y el niño Jeonghan... ay mi niño Jeonghan... Tengo el corazón en el cuello. Prométeme que vas a cuidarlo. Y al niño Jihoon también, mi niño.

Soltó una pequeña sonrisa y asintió intentando calmar los nervios de su tía. Claro que iba a cuidarlos, Seungcheol siempre terminaba cuidando de los demás gracias a su tía, y no era algo que le molestaba. Tomó las manos de la mujer y las besó con cariño.

—Yo los cuido, tía.

—Y también cuídate a ti, mi niño. Sabes cómo es la señora.

Si. Claro que sabía. Miró el anillo en su dedo y lo ocultó en su mano.


Pétalo [Seventeen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora