31.Equipaje.

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William.

Camine de un lado a otro en mi habitación, checando que llevara todo en mi maleta.

Tenia un día de no ver a Riley, pase muy ocupado adelantando trabajo de las empresas para poder ir a la playa este fin de semana y Riley estuvo igual con la universidad.

Hoy partiríamos a una de las casas de playa de Melissa, serian dos días.

camine hacia la puerta con todo lo necesario, a la vez que veía el mensaje de Melissa, donde decía que ya estaba en el estacionamiento.

Sali y toque la puerta de Riley, abrió casi de inmediato, salió disparada a su habitación sin decir nada así que entre.

-Riley! Melissa esta abajo!-dije dirigiéndome a su habitación, aviamos adquirido una confianza que no podía explicar, como si fueras amigos de años.

-Lo siento ya casi termino!- me miro y no me gusto lo que vi, se veía pálida y con unas ojeras muy grandes.

-Te sientes bien, si no es así, podemos quedarnos!- dije tomándola de los brazos y haciendo que me mirara.

-No! tranquilo es solo nervios, no te preocupes.-dijo saliendo con su maleta, para ser honesto no le creí mucho, pero no me dio tiempo de hablar, por que ella ya estaba bajando.

-Espérame!-dije tomando su maleta, para quitarle la carga.

Llegamos a el aparcamiento, Melissa corrió donde Riley abrazándola.

Nos montamos a el auto cada quien en su puesto, Luck y Melissa en el frente, Riley y yo en los asientos de tres y Tomás atrás.

Riley le dio una dirección a Luck, que no escuche muy bien, después de unos minutos llegamos a un edificio no tan armonioso.
Sin decir nada Riley bajo del auto y me dedico una mirada corta, no estaba entendiendo nada, ella tenía mal semblante y me preocupa.

Segundos después regresó con una sonrisa de oreja a ojera, venía acompañada de su amiguito del lobby de nuestro edificio, créanme el no me desagrado nunca, pero me estaba molestando en este momento.

Volvió a el auto con el, me dedico una sonrisa como si nada pasara, solo me quedó fulminar a el tipo con el mayor odio posible.
Riley quedó en el centro de los asientos, eso no me agrado nada, el le hablaba y le contaba historias estúpidas que nadie quería escuchar, en todo el viaje no pare de poner los ojos en blanco, ella se olvidó que existía y le dedico toda su atención a el.

Si el seguía hablando un minuto más me tiraría de la ventana, por suerte a Luck se le ocurrió parar para descansar y comer algo.
Ni siquiera había detenido el coche bien, cuando yo ya estaba afuera me sentía asfixiando.
Todos bajaron y se dirigieron a él restaurante, cuando llegué el individuo estába sentado a su lado y no dejaban de reírse.

Yo tuve que sentarme en la otra esquina.
Los fulminaba con la mirada, Tomás me dijo algo que no escuche y siguió hablando.

—Verdad William? - dijo sacándome de mi estado catatónico.

—Que? - respondió sin saber de qué diablos hablaban.

—Le contábamos a Riley que estas son las mejores fechas para visitar la playa -dijo Melissa, mirándome con burla.

—Mm si, en estas fechas es más cálido-respondí para que no notarán mi mal humor.

—Cuanto falta para llegar? - pregunto el inepto ese.

—Cómo en unas dos horas-respondió Tomás, traidor.

Arrugue la cara de solo pensar que faltaban 2 horas más de viaje con ese.
La vi caminando hacia la barra y vi mi oportunidad de oro.
Camine hacia ella y la tomé con delicadeza del brazo.

 La Azotea De Las Flores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora