Un error de cálculos era muy normal, sobre todo cuando se trataba del clima. Dipper estaba malhumorado, pero Mabel no paraba de reírse, lo cual no resultaba sencillo al mirarse totalmente empapados.
—Anímate —le dijo Mabel—. Si nos enfermamos, no vamos a la escuela.
—Por favor, tómalo en serio —dijo Dipper—. Agh, detesto la lluvia, y para colmo no trajimos la sombrilla.
Mabel salió fuera del techo del estacionamiento, Dipper había dejado su teléfono cargando y ella lo olvidó en el buró de la sala, tampoco traían dinero y sus padres no estaban en casa. Una cosa detrás de otra, y aunque tenía solución, ella lo tomó de la mano y lo sacó al aguacero.
—Anda, caminemos, estamos muy cerca.
Dipper la miraba, ella nunca perdía esa sonrisa y Dipper sintió mariposas en el estómago al ver el cabello húmedo de su hermana pegándosele a la frente. No pudo evitar sonreír también, por lo que se limitó a seguirla.
No quedaban muchas personas en la calle, y a pesar de que se seguían mojando no apresuraban la velocidad, y todo por una interesante reflexión de ella: Ya estaban mojados, y sin importar si corrían, seguiría lloviendo.
Además, correr implicaba perderse un segundo de mirarla de reojo. Su cabello mojado, sus ojos juguetones, y sobre todo, aquella sonrisa que brillaba como si fuera un arcoíris. Se sorprendió de ese pensamiento tan meloso, pero al final la sensación del agua fría era muy agradable.
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Momentos
RomancePequeñas o no tan pequeñas historias románticas entre la relación de Dipper y Mabel. Porque cada momento es especial, y lo prohibido lo es más. (PINECEST FLUFFTOBER)