3- Promesa cumplida

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—Me da igual, haz lo que te dé la gana, Bryan. No me importa.

Él suspira y pone los ojos en blanco.

—Solo quiero que me escuches.

—Te estoy escuchando.

—Pero no me preguntas nada de lo que te estoy diciendo.

—Porque no quiero.

Veo como empieza a exasperarse y la chispa brillante en sus ojos me asusta un poco.

—¿¡Por qué no puedes ser como antes!?

—¿¡Por qué no lo puedes ser tú!?

—¡Yo soy como antes!

—¡Antes no me secuestrabas!

—¡Sólo trato de protegerte!

Lo miro indignada de tantas veces que hemos tenido esta puta discusión.

—¡Nunca te pedí que lo hicieses! ¡Nunca pedí que me encerraras aquí abajo! ¡Nunca pedí nada de esto!— siento que fuerzo mi garganta al gritar.

—Me da igual— masculla entre dientes— Te seguiré protegiendo aunque no quieras.

—¡TE ODIO! ¡Ojalá nunca te hubiese conocido! ¡Eres lo peor que me ha podido pasar! ¡Maldigo el día en el que me subí a ese puto barco! ¡Maldigo el día que hablé contigo!

Siento mis ojos aguarse y veo su imponente figura enderezarse, aprieta la mandíbula y aparta la mirada.

—Iré a por comida para ti—murmura sin mirarme, cosa que me cabrea más.

No digo nada cuando se dirige hacia el pasadizo pero se detiene abruptamente antes de atravesarlo.

No me mira y por alguna razón sé que es porque no quiere ver mi reacción a lo que dirá.

—Sé que en estos momentos me odias... pero no mentía cuando decía que si te pasaba algo iba a destruir todo... Solo quiero ser... Me gustaría ser humano, y así poder estar contigo sin estos problemas—sonríe un poco mirando al suelo— Pero no es solo que quiera protegerte, es que lo necesito... Hoy en día tengo veinticuatro años, pero veintitrés de mi vida lo único que sentía era dolor físico, nunca había sentido otra cosa distinta... Bueno, sí, miedo. Hasta que apareciste tú— susurra y siento mi pecho oprimirse un poco. Por mucho rencor que le guarde no significa que sea indiferente a lo que dice.

Suspira y yo cojo aire tratando de no mostrar ningún sentimiento.

—Tú trajiste contigo momentos de paz—vuelve a sonreír un poco sin mirarme— la curiosidad, la confusión, la decepción, la ira, la plenitud... me hiciste sentir vivo y cada vez que te ibas era como si todo los sentimientos que tenía contigo se esfumaran me dejara colgando en el vacío... Se me hacía y hace imposible no estar pensando en ti todo el día; en si estás bien, en si algún día dejarás de odiarme, si algún día me comprenderás, si algún día volverás a besarme, a contar historias... A si algún día volverás a quererme... Porque cada segundo que pasa me importas más, y no sabía que eso fuera posible. Incluso duele cuando no estás.

Suspira y sin nada más que decir atraviesa el pasadizo, dejándome con un nudo en la garganta.

Odio que haga eso, que estemos discutiendo y me salga con esas porque después me deja mal sabor de boca cuando soy yo la secuestrada.

Suspiro.

No sé en que va a acabar esto, si algún día Bryan dejará de "preocuparse" por mí y me matará o si se olvidará de mí y me moriré, literalmente, de hambre.

Alala (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora