Alala (EN PAUSA)

8- Una conversación antes del desastre

La idea de que en dos días saldré de este campamento me pone enferma.

Vine con la idea de por fin sentirme bien, completa... Y lo único que siento es espada en la garganta y una pared detrás de mí.

Me siento agobiada, estresada, acojonada y a punto del paro cardíaco.

Escucho el crujido de la madera y miro sobre las mantas frías en dirección a la puerta que se está abriendo.

Escucho el suspiro de Justin y lo veo quitarse la chaqueta negra con pereza.

Vuelvo a recostarme en la cama.

Solamente puedo verlo por la vela que tengo al lado.

Prefiero no pensar que pasaría si se cae, ya que toda la cabaña está hecha a base de madera.

Me quedo mirando el techo, con la misma sensación de angustiada que tuve aquel día en el barco, cuando estábamos enfadados pero quería decirle lo mucho que me importaba. Vuelvo a sentirme en una encrucijada.

—Justin...

—Serán hijos de puta—se queja él— me han hecho hacer turno doble por faltarle al respeto—bufa— ¿Quién se creen que soy? ¿Un niño pequeño al que castigar? Serán mamones.

Me es imposible retener la pequeña risa.

—En definitiva lo son— sentencio mirándolo con una sonrisa divertida.

Él me mira sobre su hombro y me sonríe. Mi sonrisa se desvanece un poco al ver el tono verdoso que toma su pómulo, allí donde Lucas le golpeó.

La sangre me hierve solamente por el pensamiento.

Lo veo quitarse la camiseta y silbo. Sus hombros se sacuden al reñir.

—Ese sexy guardia— lo alabo y él me tira la camiseta.

La sujeto con las manos.

—¿Me vas a hacer un striptease?—me burlo y él sonríe coqueto.

—Puedo hacerte lo que quieras por un módico precio.

Río y lo veo quitarse los pantalones, quedando en calzoncillos.

Me estiro en la cama, aprovechando los pocos segundos que me quedan de espacio.

Justin se acerca a la cama y separa las sábanas para acostarse a mí lado.

—Qué conste, que por respeto a ti no duermo desnudo—comenta digno y yo río.

Nos quedamos en silencio bajo la luz tenue de la llama de la vela. 

Siento su calor corporal a mi lado. Yo duermo con una de sus camisa —que por cierto, son enormes.

Los minutos pasan mientras siento el ambiente cada vez más tenso. Sé que él no está dormido pero también sé que no quiere hablar.

—Justin...—decido ser yo quién hable primero. Aunque no sé que decir.

—Dime— me está dando la espalda pero siento como se pone tenso.

Suspiro.

—Sabes... Sabes que eres la única persona que de verdad me ha importado pasase lo que pasase... ¿Verdad? Y que siempre va a ser así y... y que aunque nos enfademos o cualquier...

—Para, para, para— me detiene cuando me tropiezo con mis propias palabras. Se da la vuelta y me mira con seriedad— Lo que no entiendo es porque me estás diciendo esto ahora.

Hago un mohín y trago saliva.

—Porque la última vez no pude decírtelo... Y quería que lo supieses... por si...